Lo primero en lo que se piensa al planear un viaje a Tanzania es en su riqueza natural y la posibilidad de disfrutar de la vida salvaje que atesoran sus numerosos Parques Nacionales. Pero este país ofrece también una amplia riqueza cultural y etnográfica, pues Tanzania es el hogar de más de 100 tribus distintas. En el Lago Eyasi viven varias de estas tribus y nosotros fuimos a conocer a dos de ellas, los Bosquimanos y los Datogas.
Tenemos que reconocer que cuando nuestro guía de “Mi Viaje Expedición” nos propuso pasar un día con alguna de las tribus que habitan en los márgenes del Lago Eyasi dudamos sobre la experiencia, ya que nos posicionamos en contra de “exponer” a las personas para el disfrute de otros. Normalmente estas visitas se realizan generando una experiencia “artificial” que poco o nada tiene que ver con la forma de vida de estas etnias. Nosotros queríamos compartir de verdad una experiencia con ellos y conocer parte de su día a día, de una forma respetuosa y no intrusiva. Pero realmente la experiencia fue maravillosa.
CÓMO REALIZAR LA VISITA A LAS TRIBIS DEL LAGO EYASI
El Lago Eyasi es una masa de agua poco profunda, de carácter alcalino, que ocupa una extensión de unos 50 km. Este lago es estacional, pues permanece seco gran parte del año. Se encuentra situado a unos 190 km de Arusha y en nuestro caso lo visitamos desde la localidad de Karatu donde tuvimos nuestro “campo base”.
Para poder conocer la zona es necesario y obligatorio contratar los servicios de un guía autorizado, que además nos servirá de interprete para poder comunicarnos con los miembros de la tribu. En concreto visitamos dos poblados: los Datoga y los Bosquimanos (de la tribu Hadza).
CONOCIENDO A LOS BOSQUIMANOS DE TANZANIA, LA TRIBU HADZA
Después de cerca de dos horas de conducción, primero por una carretera de tierra y más tarde por un camino rodeado de baobabs y repleto de baches, llegamos a la escondida aldea bosquimana, en concreto de la tribu Hazda. La palabra “bosquimano” se traduce literalmente como “hombre de los bosques”, definición que les pusieron los primeros colonos holandeses que les llamaron “bosjeman”. Los bosquimanos, también conocidos como “basarva” (pueblo que no tiene nada) son un pueblo nómada dedicado a la caza y que se asentaron en esa zona de Tanzania hace más de 10.000 años provenientes de las tierras del sur de África. Estudios genéticos han demostrado que se trata del pueblo más antiguo del mundo. Su forma de vida, idioma y cultura apenas ha variado en miles de años y tienen un vasto y maravilloso conocimiento de la naturaleza y del ecosistema que les rodea.
Los Bosquimanos viven en pequeños clanes o familias basadas en la relación de parentesco. Son monógamos y los hombres y las mujeres realizan tareas diferentes. Los hombres suelen cazar y las mujeres se dedican a la recolección. Tienen una pequeña estructura jerárquica o política donde destaca el jefe de la tribu y el chamán o curandero. Los Bosquimanos creen que las enfermedades vienen de los fallecidos deseosos de que el enfermo les acompañe en su viaje por el «más alla«. Por ello, cuando alguien cae enfermo realizan bailes, ofrendas y rituales que calmen a los espíritus.
Dejamos nuestro 4×4 y nos dirigimos al lugar donde se encontraban los hombres de la tribu que nos recibieron presentándose y regalándonos una corona de piel de babuino. No dejaron de hablar ni un segundo y tampoco de fumar. Nos sorprendió la inmensa curiosidad que en ellos despertamos aun siendo unos turistas más.
La lengua que utilizan los bosquimanos es conocida como “click”, un chasquido consonántico que se utiliza en varias tribus del sur de África para comunicarse. Se caracteriza por tener dos puntos de contacto distintos en la lengua, creándose una especia de ventosa al soltarla que es la causante del sonido que se emite. Os podemos asegurar que no es nada fácil.Rápidamente y con una maestría asombrosa prepararon un fuego frotando dos palos que serviría para cocinar la primera de las “sorpresas” que nos deparo el día. Dos cazadores se acercaron con un pequeño didi que acababan de matar. Lo despellejaron y limpiaron delante de nosotros, la cara de algunos de nosotros fue un poema y después cortaron pequeños trozos, asándolos en la hoguera y que nos dieron a probar.
La verdad que nos sentíamos muy cómodos con nuestros nuevos amigos y charlamos sin parar gracias a nuestro interprete. Ellos sentían mucha curiosidad por Valeria ya que, según nos decían, no había ido ninguno niño tan pequeño a visitarlos. Pasamos el rato entre humo y algún bocado de didi hasta que nos preguntaron si queríamos ir a cazar con ellos. Sorpresa, risas, algo de nervios y sin saber muy bien cómo estábamos en medio de la selva, rodeados de acacias, baobabs y espinos rastreando algún babuino despistado, que (menos mal) no apareció. Fue una experiencia fascinante, incluso nos dejaron probar nuestra puntería con sus arcos, con muy malos resultados.
Pusimos rumbo, ahora si, a su poblado, donde nos esperaban las mujeres, dedicadas al cultivo y la recolección, y los niños con la mejor de sus sonrisas. Jugamos con ellos, nos enamoraron los más pequeños, y las mujeres nos mostraron piezas de artesanía hechas a mano que compramos como recuerdo antes de volver al coche para continuar camino.
Queremos hacer un apunte sobre el pueblo Bosquimano del Kalahari en Botswana, que ha sufrido la persecución, expulsión y desalojo de sus territorios debido a la expansión del turismo, a la protección de la fauna que les impide cazar y la explotación de los recursos naturales de las diferentes zonas en las que habitan. Privados de su ancestral forma de vida, muchos de ellos mal viven de las limosnas que el Gobierno de Botswana les da, terminando victimas del alcoholismo, la depresión y enfermedades como la tuberculosis y el SIDA. Tenemos que ayudar y proteger estas comunidades que son muy débiles y si pierden su particular modo de vida serán destruidos y desaparecerán. Por ello, si os decidís a visitarlos, donde sea, investigar antes como se hace la visita, si es respetuosa y no interfiere de forma abrasiva. Conocer a los Bosquimanos (y cualquier tribu o etnia minoritaria) es una experiencia maravillosa, seamos responsables.
LOS DATOGA, VIVIENDO A ORILLAS DEL LAGO EYASI
Deshicimos el camino andado y después de comer en un pequeño merendero, nos acercamos a Lago Eyasi para andar entre barcazas a la deriva, pues el nivel del lago estaba descendiendo y muchas de ellas descansaban varadas en la tierra.
Continuamos por una carretera polvorienta hasta llegar al poblado Datoga, otra de las tribus que habitan en las inmediaciones del Lago Eyasi. El recibimiento fue emocionante, pues la totalidad de los pequeños de la aldea salieron corriendo a recibirnos y pronto se pusieron a jugar y dibujar con nuestra hija, regalándonos unas imágenes preciosas, de esas por las que merece la pena un viaje y de las que te sientes orgulloso.
Los Datoga son una tribu proveniente del Sur de Sudan que emigraron asentándose fundamentalmente en Tanzania y Kenia. La traducción de Datoga viene a significar “fiero enemigo”, nombre que les pusieron los Bosquimanos ya que han sido históricamente tribus enfrentadas. Los Datoga se definen como gente orgullosa y tienen fama de ser fieros y fuertes guerreros. Tradicionalmente, los jóvenes tenían que demostrar su valía matando a un enemigo del pueblo, que podía ser cualquier persona que no es un Datoga, o animales salvajes, como leones, hienas, elefantes….
Nómadas en un principio, ya han abandonado este modo de vida para crear pequeños asentamientos, dedicándose fundamentalmente a la ganadería y el cultivo aunque son también artesanos, como pudimos comprobar, pues los hombres nos mostraron como trabajar el metal, fundiéndolo en rudimentarias fraguas y fabricando anillos, pulseras, utensilios de cocina y sobre todo puntas de flechas que utilizaban como intercambio con otras tribus, sobre todo con los bosquimanos (ya no se llevan tan mal).
Los datoga son polígamos, un hombre se puede casar con varias mujeres viviendo todos juntos. En una “boda mangati”, la fiesta dura varias semanas, empezando 7 días antes de la celebración y terminando una semana después de esta. Durante este tiempo se matan cinco vacas y varias cabras. Cuando muere el jefe de la tribu hacen una fiesta parecida y despiden al fallecido bailando durante horas y bebiendo alcohol de miel. Las mujeres, vestidas con llamativas togas de color naranja y rojizo, nos invitaron a pasar a una de sus cabañas, donde cantaron letras tradicionales que llamaban a la guerra y el honor de la tribu.
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