La región de la Bucovina, en el noroeste de Rumania, guarda uno de los secretos más fascinantes del país: los monasterios pintados de origen bizantino, parte de los cuales fueron declarados Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1993.
Estas joyas del arte fueron construidas entre los años 1487 y 1583 y cuentan con preciosas pinturas tanto en su fachada exterior como en su interior. En ellas se representan escenas bíblicas con imágenes realistas creadas para que los campesinos y los soldados de la región, la mayoría analfabetos, pudieran entenderlas.
Sorprende ver como las pinturas han resistido estos siglos, expuestas a la dureza del clima de esta parte de Rumanía, al viento y la humedad, aunque la diferencia entre la cara norte y sur del propio monasterio es importante.
Cómo llegar y moverse por los Monasterios pintados de Bucovina, Rumanía
La Bucovina está situada en las estribaciones nororientales de los Cárpatos. Muchos de los visitantes de Rumania se quedan en la zona de Transilvania, al sur del país, pero bien merece la pena acercarse hasta aquí para descubrir sus impresionantes monasterios.
En nuestro caso llegamos a Bucovina desde la ciudad sajona de Sighisoara donde tras ver su preciosa ciudadela, pusimos rumbo a Suceava, probablemente la mejor base para visitar los monasterios. La distancia entre ambos puntos no llega a 300 kilómetros pero en tiempo se traduce en cinco largas horas por carreteras llenas de curvas y baches pero que atraviesan un paisaje de gran belleza natural.
Una vez en Suceava, aunque se puede contratar alguno de los tours organizados que recorren la zona, lo mejor es contar con nuestro propio coche para hacer la visita por libre.
Los monasterios abren de 8h-19h en verano y hasta las 16h durante los meses de invierno. Aunque habíamos leído que algunos eran de entrada gratuita, al menos en los cuatro que nosotros visitamos el precio fue de 5 Lei por persona más 10 Lei para poder hacer fotos en su interior.
Ruta por los monasterios pintados de Bucovina, qué ver
Como suele suceder en los viajes, el tiempo es limitado y no pudimos visitar todos los monasterios de la región, por ello elegimos los cuatro más importantes: Voronet, Humor, Sucevita y Moldovita, todos ellos con pinturas tanto en el interior, decorado hasta el último milímetros, como en el exterior. Una de las características principales de los monasterios es que en cada uno de ellos predomina un color. El entorno en el que se encuentran es totalmente bucólico y apenas encontramos turistas, por lo que la visita fue especialmente agradable.
Monasterio de Voronet
Fue el primero que visitamos en nuestra ruta y, probablemente el más espectacular, puesto que sus pinturas se encuentran en un estado de conservación excepcional, hasta el punto que se le conoce como la Capilla Sixtina del Este.
En el predomina el color azul, dando incluso a nombre a una tonalidad del mismo: el azul de Voronet. Se construyo en apenas 4 meses en el año 1488. Entre las pinturas más destacas encontramos su famoso Juicio Final y la representación del Árbol de Jesse.
Monasterio de Humor
A escasos 20 kilómetros del anterior encontramos el Monasterio de Humor, rodeado de una muralla y que cuenta, además, con una pequeña torre de vigía a la que se puede subir donde tendremos las mejores vistas del monasterio.
En sus pinturas, que representan escenas bíblicas, predominan los tonos rojizos y marrones. Aunque sus pinturas exteriores no están también conservadas como en Voronet destaca la representación de la Caída de Constantinopla y la representación del Juicio final de su pórtico.
Monasterio de Sucevita
Es uno de los más grandes y bellos monasterios de Bucovina. Fue construido entre 1582 y 1601 y en el predomina el color verde. Como curiosidad es el único que no fue mandado levantar por Esteban el Grande o su familia.
El monasterio está rodeado por un muro, asemejándolo a una de las iglesias fortificadas sajonas que pueblan Transilvania. Esta protección ha ayudado a que los frescos se conserven durante siglos.
Entre sus pinturas cabe destacar la Escala de la Virtudes y la Historia de la vida de Moisés. Para llegar hasta aquí hay que conducir unos 50 kilómetros desde Humor.
Monasterio de Moldovita
Desde Sucevetia a Moldovita nos separan 35 espectaculares minutos en coche, atravesando uno de los mejores paisajes de Rumania. Monasterio de Moldovita también está rodeado de una gruesa muralla, y en el predomina el color amarillo.
Entre sus frescos destaca Asedio de Constantinopla y cuenta además con un museo ubicado en un edificio adjunto en el que podemos observar el trono de Stefan Cel Mare.
En tirolina por las montañas de Bucovina
Atravesando la carretera entre los monasterios de Sucevita y Moldovita, además de ver uno de los paisajes más bellos de nuestra ruta por Rumania, con bosques de hayas, coníferas y pastos para el ganado, nos encontramos con la opción de poder hacer tirolina, en concreto en el conocido como Pasul Ciumarna, donde también hay un mirador y un restaurante.
Ya habíamos practicado esta actividad en el Lago Atitlan en Guatemala, y no quisimos perdernos la posibilidad de realizarlo aquí. El precio es de 35 Lei y el cable, el más largo de toda Rumanía, de unos 700 metros de longitud, discurre por encima de los árboles. Divertido y totalmente recomendable si queréis soltar algo de adrenalina.
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Hola! Quería saber si la ruta descrita en este artículo se pudo hacer en un solo día. Además, en caso de ser invierno, ¿podría hacerse antes de las 17 h, más o menos, cuando se hace de noche?
Hola Marina, el recorrido por los Monasterios pintados de Bucovina lo hicimos en un día pero la primera noche dormimos allí y al levantarnos le dedicamos todo el día. El tiempo que tardes en hacer la ruta va a depender de lo que estéis en cada templo ya que la distancia entre ellos es pequeña.
BUEN VIAJE!!
Un saludo