Visitar Nápoles, la vibrante capital de la región de la Campania, al sur de Italia, es una experiencia única. La ciudad rezuma historia, está repleta de iglesias y castillos, es lugar del nacimiento de la pizza, posiblemente el plato más conocido del mundo, pero es que además Nápoles se encuentra en un emplazamiento espectacular, al pie del volcán Vesubio, con espectaculares islas salpicando su bahía y maravillosos pueblos a escasos kilómetros. Sois muchos los que nos escribis preguntado por la Ruta Perfecta en Nápoles y alrededores, por ello os proponemos esta ruta de 7 días, una increíble semana en la qué ver lo más importante.
Ruta de 7 días por Nápoles y la Costa Amalfitana
El primer día comienza con la visita a la ciudad de Nápoles, intentando sortear las cientos de motos que recorren sus calles, desde la estación central, ubicada en la Piazza Garibaldi, nos dirigimos hasta su Duomo donde cada 19 de septiembre tiene lugar el conocido como milagro de San Gennaro.
Continuamos por la conocida como Spaccanapoli hasta llegar a Via San Gregorio Armeno o “Strata dil Pesebre”, calle que recoge en sus locales los talleres artesanos de belenes de fama mundial y una de las mayores atracciones de la ciudad. Subiremos a Via Tribunali para realizar una visita guiada al conocido como Napoli Sottoterranea, que nos acerca a las catacumbas de la ciudad construidas durante la época romana y que sirvieron de refugio durante la II Guerra Mundial.
Para reponer fuerzas, en la misma calle tomaremos una increíble pizza al taglio en la Pizzeria Di Mateo, una de las mejores de Nápoles. Nuestro día continua por el centro de la ciudad, atravesando la Piazzeta Nilo donde se encuentra el altar de Maradona, ídolo de la ciudad, la Piazza San Domenico, con la basílica y el obelisco del mismo nombre, desde donde continuaremos hasta la Piazza del Gessu Novo, donde visitaremos la Basílica de Santa Chiara, la Iglesia del Gessu y el impresionantes obelisco de la Inmaculada.
Alrededor de esta plaza podemos probar alguno de los postres típicos napolitanos como el Baba o la Sfogliatella.
Terminaremos el día bajando por Vía Toledo, la calle comercial de Nápoles hasta llegar a la Galería Umberto I y la Piazza Plebiscito, posiblemente la más impresionante de la ciudad donde podemos visitar la Basílica de San Francisco de Paula, el Palacio Real y el Teatro de San Carlos.
El segundo día lo dedicaremos a conocer los castillos napolitanos, comenzamos en Via Toledo, desde donde se toma un funicular hasta la parte alta de la ciudad para visitar el Castel Sant Elmo, desde allí se tienen unas vistas increíbles de todo Nápoles y su bahía.
Podemos optar por bajar caminando hasta llegar al conocido como Quartiere Spagnolo, que guarda la autentica esencia napolitana y nos acercaremos a comer al restaurante Trattoria Nennella parada obligada para saborear exquisitos platos de pasta a un precio inmejorable.
La siguiente parada es el conocido como Castel Nuovo o Maschio Angioino, que se remonta a la época del Reino Aragón, Nápoles y las dos Sicilias. Desde allí, con la bahía de Nápoles y el Vesubio como telón de fondo, recorreremos el paseo marítimo hasta llegar el Castel dell´ovo situado en un islote que se adentra hacia el mar, para ver atardecer desde las almenas de esta fortificación y acabar cenando un plato de pescado en alguno de los preciosos restaurantes que se encuentran junto a él.
Comenzamos el tercer día acercándonos al puerto de Nápoles, en concreto al Muelle Beverello, para tomar un ferry y acercarnos a alguna de las tres islas habitadas que se sitúan en el golfo de Nápoles: Capri, lugar de vacaciones para la jet set mundial y donde visitar la afamada Grotta azurra. Ischia la más grande las tres y, nuestra preferida, Procida una pequeña isla volcánica con casas de color pastel, iglesias y fortalezas, ideal para relejarse, pasear por sus calles y tomar un exquisito granizado de limón junto al mar, además ha servido como escenario a multitud de películas.
De vuelta a la ciudad probaremos otra de sus pizzerías más conocidas, L´Antica Pizzeria da Michele, muy cerca de la estación central.
En el cuarto día conoceremos la historia de la región, que quedó marcada el 24 de agosto del año 79 d.C. cuando el volcán Vesubio entro en erupción sepultando las ciudades cercanas a su falda y causando miles de muertes. Por ello una visita a Nápoles y sus alrededores no puede estar completa sin la visita a los lugares arqueológicos de Pompeya y Herculano. Tomaremos la línea de tren conocida como Circumvesubiana para llegar a hasta cualquiera de las dos ciudades. Si no nos da tiempo a ver ambas elegir una de ellas pero recordar que aunque Pompeya es la más famosa, Herculano, mucho más pequeña, esta bastante mejor conservada.
En nuestro quinto día es el momento de abandonar Nápoles para acercarnos a la ciudad de Sorrento, situada a una hora escasa en tren, cuna del Limoncello, el licor más conocido de la región y que nos servirá de base para recorrer durante dos días la impresionante Costa Amalfitana, posiblemente la más bella del Mediterráneo y declarada Patrimonio de la Humanidad. Para visitarla, lo mejor es hacerse con un billete denominado único costiera y que nos permite durante 24 horas o 3 días consecutivos tomar tantas veces como se quiera el autobús que discurre por la sinuosa carretera junto al mar y que une los pueblos de la costa.
No puede faltar la visita a Amalfi, Positano o Ravello pero existen 16 localidades, todas ellas de enorme belleza, además de multitud de rutas para conocer caminando la región. Un autentico broche de oro antes de regresar a Nápoles para tomar un avión a casa.
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Nápoles está en nuestros pendientes desde hace mucho tiempo, pero no hay manera de viajar hasta allí. A ver si en un futuro vamos, porque las ganas han aumentado al leer este post.