El archipiélago que conforma Santo Tomé y Príncipe está lleno de lugares por descubrir, un mundo virgen donde la naturaleza es la dueña absoluta del paisaje se mezcla con una cultura igual de impresionante. En este Post ponemos rumbo al centro de la isla de Santo Tomé, la más grande que compone el país donde nos vemos sorprendidos y deslumbrados por antiguas Roças, como la de Monte Café donde aprender de su legado colonial, cascadas, rutas que nos adentran al Parque Natural de Ôbo y excelentes restaurantes, todo acompañado de los habitantes de isla y su infinita amabilidad. Acompañarnos en este artículo a descubrir los imprescindibles qué ver en el centro de Santo Tomé.

IMPRESCINDIBLES QUÉ VER EN EL CENTRO DE SANTO TOMÉ

NATURALEZA EN EL CENTRO DE SANTO TOMÉ

Cascada de Sao Nicolau

En centro de Santo Tomé está plagado de cascadas, pero si hay una que debes visitar en la Isla es la Cascada de Sao Nicolau, una caída de agua de unos 30 metros de altura de gran belleza que se puede disfrutar tanto desde el mirador, a pie de camino, como desde abajo, refrescándose en sus frías aguas; basta con bajar un pequeño tramo de escaleras hasta la base de la cascada donde el agua cae con fuerza en temporada de lluvias.

Para llegar hasta la cascada de Sao Nicolau hay que adentrarse en el centro de Santo Tomé, pasando la ciudad de Trindade. En los últimos kilómetros el camino se vuelve pedregoso y sin asfaltar pero sin duda la recompensa merece la pena.

– Jardín Botánico do Bom Suceso

A 6 kilómetros de Trindade y escasos 20 minutos de la Cascada de Sao Nicolau, encontramos otro de los puntos más interesantes y uno de los principales atractivos turísticos del centro de Santo Tomé, el Jardín do Bom Suceso. El Jardín está ubicado a 1153 metros de altitud, a los pies del Parque Natural de Ôbo, ademas es el lugar desde el que parten varias rutas de trekking, las más famosas que salen desde el Jardiín son el Lago Amelia y el Pico de Santo Tomé para el que se necesitan al menos dos días.

La recolección y datación de especies en el Jardín Botánico do Bom Suceso comenzó en 1994 y ha sido durante varios años y periodos financiado por la Unión Europea y otros proyectos portugueses. Actualmente, buena parte de sus ingresos dependen directamente del turismo.

Jardín Botánico do Bom Suceso. Qué ver en Santo Tomé

Al llegar a la entrada del Jardín un guía nos acompañará durante el recorrido a través de zonas con múltiples especies endémicas de la isla, dando explicaciones sobre sus características más importantes y la importancia dentro del ecosistema de Santo Tomé.  En el último inventario se catalogaron más de 2.300 especies diferentes de plantas además de las orquídeas, una de las especies más importantes de Santo Tomé de las cuales se han localizado más de 120 especies diferentes.

En el Jardín del Bonm Suceso tuvimos la suerte de conocer a Paco, uno de los guías más experimentados de la zona, que no solo nos acompañó durante la visita al Jardín, sino que se convirtió en nuestro guía para buena parte del viaje, acompañándonos tanto en el trekking por el Lago Amelia del que os hablamos ahora, como durante el día que realizamos el trekking por la Cascada de Angolares en el Norte de la isla. Sin duda os aconsejamos contactar con él (mandarnos un mensaje privado y os decimos como).

Trekking del Lagoa Amelia

Desde el Jardín Botánico do Bom Suceso parte una de las excursiones más famosas que hacer en Santo Tomé y Príncipe, el Trekking del Lagoa Amelia. Si nos dejamos llevar por su nombre, es lógico que pensemos que el objetivo de esta caminata es llegar a un lago pero no, se trata del cráter de un antiguo volcán extinto en el que no hay ni rastro de agua, pero os podemos asegurar que el trekking es espectacular igualmente. Es un paseo, muy sencillo para hacer por libre puesto que el camino hasta llegar al Lagoa Amelia es bastante intuitivo, pero tras nuestra experiencia os recomendamos contratar un guía, que os explicará las especies de plantas, insectos, aves… con el que aprenderás sobre el terreno y disfrutaras de conocer más sobre la población de la isla.

Paco, nuestro guía, nos guió por el sendero hasta el cráter, el camino no es muy exigente en cuento a desnivel pero si difícil de andar pues es muy normal que este lleno de barro (sobretodo en época de lluvias). La caminata tiene una duración de 2-3 horas ida y vuelta, pero es muy probable que tardes algo más por las muchas paradas para ver y conocer los secretos de esta zona. El camino comienza cruzando una zona de cultivos prácticamente llana, hasta adentrarnos en el Parque Natural de Ôbo, atravesando una densa selva primaria de enorme frondosidad, en el trekking veremos decenas de especies autóctonas y árboles que parecen sacados del Jurásico e incluso un bosque de bambú en la parte final del recorrido.

Finalmente, se llega a la zona del Logoa Amelia, situado a una altitud de 1475 metros y, como decíamos, es un antiguo cráter extinto. Es cierto que a día de hoy no se ve agua en superficie, pero nuestro guía se adentró unos metros y hundió en el terreno (blando y nada estable pues son hiervas y barro) una rama de más de 9 metros de longitud, es evidente que él sabe las zonas por donde es seguro pisar y adentrarse en el cráter, CUIDADO con hacerlo si vas tu solo, nos contó la historia de un hombre que se hundió en el terreno mas de 10 metros.

Paco, el mejor guía de Santo Tomé en el cráter del Lagoa Amelia

ROÇAS MÁS IMPORTANTES QUÉ VER EN EL CENTRO DE SANTO TOMÉ

Casa Museo Almada Negreiros

En el interior de Santo Tomé podemos visitar un motón de Roças (plantaciones) de café y cacao, estas son fiel recuerdo del pasado portugués y, aunque hoy en día, el estado de muchas de ellas es ruinoso pues algunas están prácticamente abandonadas y sus antiguos habitantes se han marchado, otras siguen activas como la Roça de Monte Café (de la que hablaremos a continuación) y en otras se han rehabilitado parte de sus edificios para ser utilizados como restaurantes, museos u hoteles.  En la Roça Sudade, encontraremos uno de los puntos con más encanto de esta zona de la isla, la Casa Museo de Almada Negreiros.

José Sobral de Almada y Negreiros fue un pintor, poeta, dramaturgo, actor, bailarín y escritor portugués que nació en Santo Tomé y Príncipe en 1893 cuando este era una colonia de Portugal. Fue un artista clave para el arte moderno del país y su obra estuvo altamente influencia por el cubismo y sobre todo por el futurismo. Murió en 1970 en Lisboa.

Se trata de una antigua casa colonial que pertenecido  a la familia Almada Negreiros, hoy se ha convertido en un pequeño museo en el que se puede disfrutar de parte de su obra en un entorno privilegiado. Además, también hay un pequeño restaurante donde probar un exquisito menú degustación y saborear productos locales. Podéis localizar más información a través de su FanPage en Facebook.

Roça Monte Café 

Como ya hemos dejado patente en este Post, uno de los elementos más característicos de Santo Tomé y Príncipe son las Roças, parada obligatoria en cualquier visita al país y, sin duda, la que más nos gustó fue la Roça de Monte Café, la primera que visitamos y que nos robó el corazón hasta el punto de volver en dos ocasiones. Monte Café es una de las Roças más antiguas del país, fue fundada en 1858 por un brasileño, Manuel da Costa Pedreira que vio en el terreno las condiciones óptimas para el cultivo del café, algo menos habitual en el archipiélago donde veremos que la mayoría de la roças se dedica al cultivo del cacao, siendo esta plantación la única de café arábigo de todo el archipiélago.

Roça Monte Café, Santo Tomé y Príncipe

Nada más llegar se presentó Anacleto, el guía oficial de la Roça, y que a partir de ese momento se convirtió en nuestro guía… y que guía! Un tipo de lo más simpático con el que nos entendimos perfectamente hablando en “portuñol” y que nos enseño de primera mano la Roça. Comenzamos visitando los edificios históricos, presididos por una enorme campana que aun permanece en pie y que llamaba al trabajo a sus habitantes. Allí pudimos pasear por los antiguos almacenes y secaderos de café, aún se conservan los raíles y vagones por los que se transportaba el producto.

Destaca también la escuela, activa actualmente, en la que los niños de Monte Café pueden estudiar hasta los 16 años y el Museo del Café donde se conservan parte de la maquinaria antigua, fotografías de la época y otros documentos que nos permitirán conocer más de cerca la importancia de la Roça en la época colonial.

Uno de los restaurantes que aconsejamos conocer en el centro de la isla de Santo Tomé es el restaurante Efraín, situado en el interior de la explotación Monte Café y en el que poder degustar de ricos platos elaborados con productos locales y por supuesto café, todo ello con una de las mejores vistas a la Roça.

Tras degustar un exquisito café en una pequeña tienda, Anacleto nos llevó a conocer la verdadera vida de la Roça en la actualidad. Paseamos por su zona baja, rodeados de alegres niños que nos siguieron durante nuestro camino con sus caras de curiosidad y asombro. Paramos en un par de tiendas que hacían a la vez de bar para tomarnos una cerveza y poder charlar con tranquilidad con sus habitantes, uno de los mejores recuerdos que nos deparo nuestro viaje a Santo Tomé y Príncipe fue esta Roça y su gente.

Pero aquí no acabo nuestra visita, cogimos el coche y conducimos guiados por Anacleto algo más de veinte minutos a través de las plantaciones de café y cacao, en un paisaje impresionante en el que pudimos ver cómo trabaja la comunidad a día de hoy y que nos llevó a las llamadas Cinco cascadas, cinco caídas de agua de enorme belleza que disfrutamos en total soledad.

UN LUGAR SECRETO EN EL CENTRO DE SANTO TOMÉ

No nos cansamos de decir que el archipiélago de Santo Tomé y Príncipe es un país para visitar despacio y descubrir sus maravillas poco a poco, pero muchos de estos lugares están «ocultos«, alejados del poco turismo que llega a la isla. Durante nuestra estancia en la capital, Sao Tome, nos alojamos en el hotel «Micaval«, propiedad de Pedro, un bombero portugués ya jubilado que se enamoró de Santo Tomé y, que junto a su mujer, se trasladó hace unos años a la isla para llevar un muy recomendable alojamiento en el centro de la capital. Pero su sueño es construir en el corazón de la selva un alojamiento exclusivo para aquellos visitantes que quieran alejarse y disfrutar de la naturaleza. Este sueño es la finca «Funca Funca«. Visitamos la zona con Pedro y disfrutamos de un lugar maravilloso en un entorno espectacular. Esperamos que pronto este al 100%.

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