Semuc Champey y la cueva de Kamba, aventura en Guatemala

Situado en la provincia de Alta Verapaz, el Monumento Natural de Semuc Champey es para muchos viajeros el lugar más bonito de Guatemala, la exuberante vegetación que lo rodea, así como la belleza de sus pozas bien merece ese título, pero la zona esconde aun más secretos que disfrutar.

Semuc Champey y Lanquin, cómo llegar y dónde alojarse

Lanquin, en el corazón de Guatemala, a unos 65 kilómetros de Coban sirve de base para visitar Semuc Champey y sus grutas. Se trata de una agradable localidad de carácter rural, como lo demuestra el mercado de frutas y verduras que se instala en la parte alta cada mañana, y que en los últimos años se está abriendo al turismo sin perder, por el momento, su encanto relajado y tranquilo.

El trayecto desde Antigua a Lanquin de apenas 300 kilómetros fue, sin duda, el más cansado de toda nuestra ruta por Guatemala. Ya nos habían avisado de su duración, unas 6-7 horas, pero en nuestro caso se convirtieron en 11 largas horas y por muy comoda que fue el Shuttle, se nos hizo eterno. La ultima parte del trayecto, después de pasar Coban se hace por un sinuoso camino de tierra especialmente malo después de las lluvias. Normalmente hay dos salidas, una a las 8.00h y otra a las 14.00h, podéis comprobar este dato (suele haber modificaciones y cambios de última hora) en el mismo alojamiento.

Para alojarnos, habíamos reservado en Retiro Lodge Lanquin. Un espectacular recinto que cuenta con cabañas de madera junto al rio, con hamacas en la puerta y unas vistas increíbles a las montañas. Además tiene un restaurante que ofrece riquísimos desayunos con tortillas y crepes de frutas así como cenas estilo buffet, por 60 QTZ, todo ello animado con música en directo. En la recepción gestionan todo tipo  de excursiones por la zona y traslados en shuttles compartidos al resto de los lugares turísticos de Guatemala, basta con apuntarse en las pizarras que hay el día anterior, todos parten a las 8h de la mañana.

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Semuc Champey y las Cuevas de Kamba

Aunque la visita a Semuc Champey y las cuevas escondidas por las montañas calizas de la región se puede hacer por libre, con transportes locales, optamos en este caso por apuntarnos a la excursión organizada por El Retiro Lodge. A las 9h partimos en una camioneta colectiva para recorrer los once kilómetros que hay hasta la entrada al monumento natural. El camino, lleno de baches y curvas, atraviesa una espesa zona de vegetación cubierta por la niebla, que solo sea accesible con vehículos 4×4 hace aun se mantenga oculto para las grandes masas turísticas.

Antes del puente que atraviesa el rio Cahabon, paramos para visitar las cuevas de Kamba, quizás no sean las más visitadas de Lanquin pero cuentan con el atractivo de que en su interior transcurre el rio. Ascendimos hasta la entrada donde nuestro guía nos repartió una vela a cada uno ya que la oscuridad es total en el interior. Se van atravesando galerías repletas de estalactitas y cubiertas de agua, tanto que en ocasiones sobrepasa la cabeza, teniendo que hacer uso de unas cuerdas para poder avanzar. El recorrido es fascinante y la sensación de aventura total, al final del mismo se llega una poza más profunda donde poder saltar a ella desde una cornisa.

Tras recorrer la cueva nos acercamos al rio para hacer tubbing (descender el cauce montados en un neumático), la idea parecía divertida pero el agua estaba helada además se puso a llover cosa que no ayudo para disfrutar de la experiencia. A lo largo de todo el trayecto varios niños se acercaban montados en sus propios neumáticos para vender refrescos o chocolates.

Atravesamos el puente, ahora sí, para llegar, un kilómetro más adelante, a las taquillas de entrada a Semuc Champey (abiertas de 9-18h), su nombre quiere decir “donde el rio se esconde bajo las piedras”. Se origino por la erosión del rio Cahoban sobre la piedra caliza, formando un puente natural que ha creado una serie de piscinas en cascada de un color azul turquesa o verdoso, variando según incida en ellos la luz del sol. Al final de las mismas el rio se adentra con gran fuerza en una caverna, zona en la que hay que tener mucho cuidado.

Desde la entrada podemos tomar dos caminos: hacia el mirador o hacia las pozas. Nosotros optamos por comenzar la visita por el sendero que sube hacia el mirador, unos 40 minutos de empinado ascenso que cuenta con tramos de escaleras naturales y partes con cuerdas para facilitar la subida. Las vistas desde allí sobre las piscinas y los cortados calizos cubiertos de vegetación son espectaculares.

Para llegar hasta las pozas y disfrutar del baño en ellas, basta con descender por el camino. Y desde allí retornamos a la entrada paralelos a las pozas y disfrutando del descenso del rio. Una excursión y una verdadera aventura en Guatemala que recomendamos activamente.

De vuelta a Lanquin, pedimos al conductor que nos dejara en el pueblo para poder visitarlo por nuestra cuenta y volver dando un relajado paseo hasta el alojamiento. Cruzamos su mercado, que a esta hora ya lo estaban ya desmontando y nos acercarnos a su antigua iglesia con la fachada quemada.