Los Templos de Edfu y Kom-Ombo son dos enclaves estratégicos del Alto Egipto y dos de las paradas imprescindibles al hacer la ruta entre Luxor y Aswan. Estos templos nos ofrecen una fascinante mirada a la historia y la cultura del antiguo Egipto menos conocido. El Templo de Edfu, dedicado al dios Horus, y el Templo de Kom-Ombo, único por su dedicación a dos deidades, Sobek y Horus, son ejemplos impresionantes de la arquitectura y, sobretodo, a la mitología egipcia. Visitar estos templos es una experiencia inolvidable que no puede faltar en tu itinerario por Egipto.

UN POCO DE HISTORIA: Para comprender la estructura y los significados de los Templos de Edfu y Kom-Ombo, debemos retroceder a la época de su construcción, durante el periodo Ptolemaico. En el año 332 a.C., Alejandro Magno llegó a Egipto, expulsando a los persas y estableciendo Alejandría como la capital del país. Durante su ocupación, se preservaron la mayoría de las tradiciones y costumbres egipcias. Tras la muerte de Alejandro, su amigo de la infancia, Ptolomeo, asumió el control y se proclamó faraón, inaugurando la dinastía Ptolemaica que duró más de 300 años. Durante este periodo, las relaciones con la población local fueron cordiales, y se erigieron templos en honor a los dioses egipcios, integrando a la dinastía ptolemaica en ellos. Más tarde, durante la ocupación cristiana, se prohibió cualquier otro tipo de culto, lo que llevó al abandono, saqueo y quema de muchos templos. Sin embargo, gracias al clima egipcio, estos templos quedaron sepultados bajo varios metros de arena durante siglos, lo que los ha preservado en buen estado hasta nuestros días, permitiéndonos aprender más sobre ellos y sobre la vida en el antiguo Egipto.

VISITA A LOS TEMPLOS DE EDFU Y KOM OMBO: DOS PARADAS CLAVE EN UN VIAJE POR EGIPTO

EL TEMPLO DE EDFU, EL MEJOR CONSERVADO DE EGIPTO

Durante nuestro viaje de 15 días a Egipto, contratamos un Crucero por el Nilo desde Luxor a Aswan. Tras pasar toda la noche de navegación, atracamos a primera hora de la mañana para visitar el Templo de Edfu, el segundo más grande de todo el antiguo Egipto, después de Karnak, y probablemente el mejor conservado, gracias en parte a que permaneció oculto durante siglos bajo más de 12 metros de arena del desierto, dedicado al Dios Horus.

El Templo de Edfu está situado a unos 15 minutos a pie desde el lugar donde atracan los cruceros. En el puerto, encontrarás numerosas calesas tiradas por caballos, listas para llevarte al templo. Lamentablemente, estos animales están hambrientos, exhaustos y en condiciones deplorables. Aunque intentemos evitar usar estas calesas, si estamos en un crucero, no habrá otra opción. Le explicamos a nuestro guía que no aprobamos estas prácticas y que preferiríamos ir en taxi, pero no hubo manera de cambiarlo. Si visitas el templo por tu cuenta, te pedimos que evites tomar una de estas calesas. Si viajas con un crucero, al menos expresa tu desaprobación sobre el cuidado de los animales.

El Templo de Edfu fue construido entre los años 237 a.C. y el año 57 a.C., durante el Periodo Ptolemaico, y esta dedicado al Dios Horus. Su magnífica fachada, de 37 metros de alto, en la que se representa a Ptolomeo XII luchando contra sus enemigos bajo la mirada de Horus, es una de las mejores conservadas de Egipto, una auténtica maravilla que te dejara sin palabras. Tras la fachada del Templo, encontramos una sala rodeada de columnas repleta de relieves, conocida como sala Hipetrea. Sus paredes, ricamente decoradas cuentan con inscripciones en las que se narran historias de guerra y acción de Horus, Isis y Osiris.

La siguiente estancia es la primera Sala Hipostolica, presidida por una estatua de Horus portando la doble corona del Alto y Bajo Egipto y en la que nuevamente encontramos varias filas de columnas ricamente decoradas. Aquí se llevaban a cabo tanto ofrendas como otro rituales, y sirvió de biblioteca y como una especie de laboratorio en el que se experimentaba con ungüentos y esencias para sus famosos perfumes. La segunda de las Salas Hipostolicas por su parte, se encuentra decorada con motivos relacionados con la astronomía. La última de las salas del Templo o Sala Central, presenta imágenes tanto de Horus como de Ptolomeo haciendo ofrendas.

DIOS HORUS, MITAD HOMBRE MITAD HALCÓN

Horus es una de las deidades más importantes y veneradas en la mitología egipcia. Representado comúnmente como un halcón o un hombre con cabeza de halcón, Horus simboliza el cielo, la realeza y el poder divino. Su ojo derecho se asocia con el sol y su ojo izquierdo con la luna, reflejando su relación con la luz y la protección.

  • Orígenes y Mitos: Horus es hijo de Osiris, el dios de la muerte y la resurrección, e Isis, la diosa de la magia y la maternidad. La leyenda más famosa de Horus es su batalla contra Set, el dios del caos y la oscuridad, quien asesinó a Osiris. Después de muchas luchas, Horus finalmente venció a Set, restaurando el orden en Egipto y reclamando su derecho al trono como faraón legítimo. Este mito simboliza el triunfo del bien sobre el mal y la justicia sobre el caos.
  • Simbolismo: Horus también está estrechamente asociado con el faraón, ya que se creía que el faraón era la encarnación de Horus en la tierra. Esta deidad era vista como el protector del gobernante y el garante del orden y la justicia en el reino. Su símbolo, el «Ojo de Horus» (también conocido como Wadjet), es un amuleto de protección y buena salud que se encuentra frecuentemente en joyería y artefactos egipcios.

TEMPLO DE KOM OMBO, UNO DE LOS MÁS ORIGINALES DEL ANTIGUO EGIPTO

Después de visitar el Templo de Edfu y pasar medio día navegando por el Nilo, disfrutando de uno de los tramos más pintorescos del recorrido donde pudimos ver numerosas escenas rurales cotidianas, llegamos por la tarde al Templo de Kom Ombo. Situado en una curva del río Nilo, el Templo de Kom Ombo fue un punto estratégico crucial para la antigua civilización egipcia, ya que desde allí se controlaba el tránsito de las caravanas de comerciantes que se dirigían a la región de Nubia. Lo que distingue a Kom Ombo y lo hace original y diferente es su singularidad al estar dedicado a dos dioses: Horus, representado con cabeza de halcón, de quien ya hemos hablado, y Sobek, con cuerpo humano y cabeza de cocodrilo.

Levantado entre los años 180 a.C y 47 d.C, durante la dinastía Ptolemaica, el Templo de Kom Ombo destaca por ser perfectamente simétrico, cada detalla que aparece en uno de los  lados, lo podemos encontrar exactamente igual en el otro lado. Así encontramos dos puertas de acceso independientes que daban paso a varias salas, patios y pequeños santuarios, dedicados cada uno de ellos a uno de los Dioses (Horus y Sobek). Por sus relieves y grabados en las columnas y paredes, podemos ver como el Templo de Kom Ombo no estaba dedicado solo al rezo y al culto, sino que también funcionaba como un centro de momificación e incluso como una especie de hospital, en el que se ejercía la medicina y cura a los enfermos. Como paso con otros Templos, la llegada de los cristianos hizo que se abandonara, y Kom Ombo sufrió el devenir de saqueos y crecidas del Nilo, a pesar de lo cual podemos verlo en buen estado en la actualidad.

Junto al Templo, encontramos hoy en día el llamado The cocodrile Museum o museo de los cocodrilos, en el que encontramos decenas de momias de este animal, tan importante en el antiguo Egipto.

DIOS SOBEK, MITAD HOMBRE MITAD COCODRILO

Sobek es un Dios fascinante, conocido por su apariencia distintiva de cuerpo humano y cabeza de cocodrilo. Este dios está asociado principalmente con el Nilo, la fertilidad y la protección.

  • Orígenes y Simbolismo: Sobek, cuyo nombre significa «cocodrilo» en egipcio, es venerado como el dios del agua y la fertilidad. Se cree que tiene el poder de controlar las aguas del Nilo, cruciales para la agricultura y la prosperidad de Egipto. Como dios de la fertilidad, Sobek era invocado para asegurar buenas cosechas y la fertilidad de la tierra y las personas.
  • Un Dios protector: Sobek también desempeñaba un papel protector. Los cocodrilos eran temidos por su ferocidad y fuerza, y como tal, Sobek era visto como un guardián poderoso que protegía a los egipcios de los peligros. Esta dualidad de ser tanto temido como venerado refleja la relación compleja entre los egipcios y el Nilo, una fuente de vida y a la vez una fuerza peligrosa.
  • Mitos: En algunos mitos, Sobek es visto como un creador del mundo, ayudando a ordenar el caos primordial. Su conexión con la creación y la fertilidad lo vincula estrechamente con otras deidades importantes como Osiris e Isis. También se le asocia con el dios Ra, formando la deidad Sobek-Ra, que combina la fuerza del cocodrilo con el poder del sol.


El mejor seguro para tus viajes con Mondo y Aire Nómada