Ubicada al sur de Transilvania (Rumanía), la bella localidad de Sibiu, llamada Hermannstadt en alemán, fue la primera ciudad fundada por los sajones en el Sg XII y durante mucho tiempo se convirtió en la capital de la región. Este pasado alemán se percibe hoy en día no solo en su arquitectura, también en la rica gastronomía de la ciudad. En 2007 fue declarada Capital Europea de la Cultura y en 2004 la Unesco la nombró Patrimonio de la Humanidad.
Cómo llegar a Sibiu
La mejor manera de llegar a Sibiu (si estamos dentro de una ruta por Rumania) es en coche de alquiler. Bucarest, la capital del país, se encuentra a unos 300 kilómetros y una parte del trayecto se hace por autovía, sin duda la mejor carretera que vimos en toda Rumania. Brasov, otra de las ciudades sajonas más visitadas, se encuentra a dos horas de viaje, 140 kilómetros, y la animada Cluj Nacopa a algo menos de dos horas y media.
También podemos llegar a Sibiu en tren desde Bucarest, existen tres trenes “Intercity” diarios, y con Brasov con siete salidas al día. Se pueden consultar los horarios en la web de Ferrocarriles de Rumanía pero hay que tener en cuenta que estos trenes son lentos y anticuados.
En avión, hay vuelos desde Madrid y Barcelona con escala en Bucarest. También hay vuelos directos a Brasov y Cluj, aunque después hay que continuar en coche o tren.Qué ver y hacer en Sibiu en un día
Cómo el resto de ciudades sajonas que se fundaron en esta región, Sibiu tenía una función defensiva, pero en la Edad Media se convirtió en un importante centro cultural y comercial. Sibiu fue la primera ciudad de la región en contar con un hospital, una escuela y, aparte, fue donde se creó el primer museo. Ese ambiente cultural continua muy presente hoy en día con doce museos entre la ciudad y sus alrededores, siendo, probablemente, la ciudad rumana más preparada para el turismo y según los propios habitantes, la ciudad más feliz de toda Rumania.
El pequeño casco antiguo de Sibiu se puede recorrer perfectamente en un día. La ciudad está dividida en dos zonas diferenciadas: la Ciudad Baja y la Ciudad Alta.
Ciudad Baja de Sibiu
Situada entre el rio Cibin y la colina Guşteriţa, es el lugar donde se levantaron las primeras fortificaciones. Sibiu llegó a contar con hasta 39 de torres, que recibían el nombre de los diferentes gremios establecidos en la ciudad. Hoy en día aún se conservan varias de estas torres, destacando la Turnul Dulgherilor, la Torre de los Carpinteros.
Ciudad Alta de Sibiu
Situada en la colina Guşteriţa, es la zona más turísticas de Sibiu y donde se encuentran casi todos los puntos de interés. La mayor parte de sus adoquinadas calles y pasadizos son peatonales y pasear por ellas es una delicia que sorprende al viajero. Ubicarse en ella es muy sencillo ya que está articulada en tres plazas: Piata Mare, Piata Mica y Piata Huet, motivo por el cual es también conocida de la ciudad de las plazas.
La Piata Mare o Plaza Grande fue construida en el año 1411, es una de las plazas más grandes de Transilvania y el centro neurálgico de Sibiu. En ella tienen lugar los principales eventos culturales que se llevan a cabo en la ciudad. Se encuentra rodeada de elegantes edificios, en su mayoría barrocos, que pertenecieron a los gremios y las ricas familias de comerciantes.
Entre estos edificios destaca el Palacio Brukenthal, uno de los edificios barrocos más importantes de Rumania y que sirvió durante años como residencia del gobernador de Transilvania Samuel Von Brukenthal, en la actualidad alberga un Museo del mismo nombre, que como ya hemos mencionado fue el primero fundado en el país y que actualmente cuenta con una amplia representación de arte rumano.
Otro edificio destacado es la Torre del Consejo (Turgul Sfatului), símbolo de la ciudad, se trata de una fortificación construida en el Sg XIII aunque ha sido reconstruida en numerosas ocasiones. Debajo de la torre existe un callejón que conecta la Plaza Grande con la Pequeña.
La Piata Mica o Plaza Pequeña. Rodeada de callejones y pasadizos que la unen con el resto de la ciudad, la conocida como plaza pequeña es hoy en día uno de los lugares más animados de Sibiu. Durante la Edad Media estuvo fortificada y en ella vivían los artesanos más ricos. Esos edificios, en su mayoría barrocos, se han transformado en coquetos restaurantes y cafeterías, ideales para tomarse un merecido descanso.
La calle Ocnei sirve de acceso a la parte baja de la ciudad y pasa bajo el famoso Puente de los Mentirosos, el primero construido en hierro forjado de Rumania en 1859 y sobre el que circulan gran numero de leyendas.
Otros edificios importantes son la conocida como Casa de las Artes o la Casa de Luxemburgo, antigua sede del gremio de orfebres.
La tercera de las plazas que encontramos en la Ciudad Alta, es la conocida como Plaza Huet y en la que se levanta la Catedral Luterana Evangélica de Santa María, construida en el Sg XIV.
De estilo gótico, en ella destaca su campanario de más de 73 metros de alto, visible desde la mayor parte de la ciudad, y al que se puede acceder a través de unas escaleras de caracol, desde donde se tienen unas bonitas vistas del casco histórico de Sibiu.
En el interior, podemos encontrara unas enormes campanas y su órgano construido en 1585, el mayor de todo el sureste de Europa. Desde la Plaza Huet parte el famoso callejón de las escaleras, que desciende a lo largo de las fortificaciones hacia la Ciudad Baja.
Pero si un elemento destaca en la arquitectura de Sibiu son unas curiosas ventanas conocidas como “los ojos de la ciudad” que decoran sus casas y que le han reportado fama mundial.
Cómo recorrer y que ver en la Carretera Transfagarasan
En los alrededores de Sibiu encontramos una de las carreteras más espectaculares de Europa: la carretera Transfagarasan, que atraviesa las famosas montañas Fagaras, las más altas de los Cárpatos meridionales. Sin duda un lugar imprescindible para visitar durante un Ruta en coche por Rumania.
La Transfagarasan, conocida también como el “Camino hacia las nubes”, cubre un impresionante recorrido de unos 100 kilómetros y conecta el pueblo de Cartisoara, en el condado de Sibiu, con la localidad de Curtea de Arges, a través de la carretera DN7C. El trayecto se suele hacer en unas dos horas, a unos 40 km/h pero estamos seguros que, como nosotros, empleareis mucho más tiempo, ya que no podemos evitar parar en el arcén en numerosas ocasiones para disfrutar de las vistas. No hay que olvidar que sufre habituales cortes y se cierra al tráfico entre los meses de octubre y junio, debido a los continuos desprendimientos y las condiciones meteorológicas, sin duda lo mejor es consultar la situación de la misma antes de partir para no llevarnos sorpresas.
Su construcción data de 1970, cuando el dictador Nicolae Ceausescu, quiso llevar a cabo esta obra faraónica con el fin de facilitar el movimiento de sus tropas durante una hipotética ofensiva Rusa. Durante los cuatro años que duro su construcción al menos un centenar de personas perdieron la vida.A lo largo de sus decenas de curvas podemos disfrutar de un paisaje sencillamente impresionante, rodeado de profundos bosques y altas cumbres nevadas. Incluso en días de niebla, como el que nos tocó a nosotros merece la pena acercarse hasta aquí, luego todo puede cambiar…
La primera parada en la Transfagarasan, tras comenzar la ascensión en Cartisoara, es la conocida como Cascada Balea, un precioso salto de agua al que podemos acercarnos tras una caminata de una hora y desde donde también parte el teleférico que llega hasta el Lago Balea. A partir de este momento es cuando el trazado se vuelve más zigzagueante y las curvas más cerradas mientras nos acercamos al punto más alto, con sus 2034 metros, donde se encuentra el magnífico Lago Balea.
De origen glaciar y posiblemente la atracción más concurrida. Para visitarlo podemos dejar el coche en el parking de pago y acercarnos hasta su orilla para recorrerlo, parar en alguno de los puestos de comida y productos artesanos que se han instalado junto a la carretera o tomar algo en el restaurante con vistas al propio lago. Pese a ser muy turístico, su enorme belleza hace que siga siendo una parada imprescindible.
El descenso de la Transfagarasan comienza tras atravesar un túnel de un kilometro de longitud y que nos acerca hasta el Lago Vidraru, una enorme presa rodeada de bosques, y con unas preciosas vistas.
El último punto de interés de la Transfagarasan es el Castillo de Poenari o Poeinari cuenta con el honor de ser el verdadero Castillo de Drácula y no el famoso Castillo de Bran, mucho más popular. Desde aquí, Vlad Tepes, príncipe de Valaquia ideo el ataque contra el ejército turco y mando empalar a sus enemigos. Aunque en la actualidad se encuentra en ruinas, su ubicación es espectacular, en lo alto de una colina a la que se accede tras subir unos 1500 escalones.
Durante nuestra visita no pudimos acceder ya que tan solo era posible hacerlo con un grupo guiado dos veces al día a las 10h y a las 15h, aunque por lo que nos hemos podido informar, los horarios de las visitas varían continuamente.
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