Laguardia es, sin duda, una parada imprescindible si estamos visitando La Rioja Alavesa. Caminando por sus empedradas callejuelas y casi intacto trazado medieval encontraremos desde emblemáticos monumentos hasta experiencias gastronómicas irresistibles y, rápidamente, nos daremos cuenta de porque Laguardia forma parte de la red de Pueblos más bonitos de España. Además de un rico patrimonio arquitectónico y una exquisita gastronomía, Laguardia tiene una enorme cantidad de bodegas subterráneas donde se macera uno de los mejores vinos de La Rioja. En este Post os contamos todo sobre qué ver y hacer en Laguardia, los imprescindibles que no  pueden faltar en tu visita.

[su_frame]UN POCO DE HISTORIA: Gracias a su ubicación estratégica, Laguardia ha tenido un lugar importante en la historia siendo testigo de violentos enfrentamientos políticos durante siglos. Fue fundada en el Sg. X bajo el nombre de La Guarda de Navarra lo que daba una clara idea de su funcionalidad. Gracias también a convertirse en un referente para el comercio de la época, Sancho el Sabio en 1164 le concedió el título de “villa” y en 1486 los Reyes Católicos la incorporaron a Alaba.[/su_frame]

DONDE SE ENCUENTRA Y CÓMO LLEGAR A LAGUARDIA

Laguardia, considerada la capital de La Rioja Alavesa, se levanta en lo alto de una colina, rodeada de viñedos y formando una privilegiada atalaya natural. Laguardia pertenece a la provincia de Álava (País Vasco) y se encuentra a tan solo 64 kilómetros de Vitoria y 18 kilómetros de Logroño, la capital riojana.  Desde ambas capitales salen autobuses a diario a Laguardia pero, sin duda, la mejor forma de acercarse a esta villa medieval es en coche y así poder conocer sus interesantes alrededores, como las numerosas bodegas o la Ruta de los Dólmenes (el centro de Laguardia es peatonal pero existen varios parkings fuera de la zona amurallada).

QUÉ VER EN LAGUARDIA. LOS IMPRESCINDIBLES QUE NO PUEDEN FALTAR

Callejuelas empedradas, casas señoriales blasonadas, espectaculares iglesias, bares de pintxos o sus imponentes y bien conservadas murallas son la mejor carta de presentación de Laguardia y que, a pesar de su pequeño tamaño, nos llevará a disfrutar de un viaje al pasado mezclado con el más moderno presente. Acompáñanos a recorrer su casco histórico a través de sus tres calles principales: Paganos, Mayor y Santa Engracia para descubrir esta interesante villa alavesa.

[su_frame]Uno de los primeros lugares que debemos visitar en Laguardia es su Oficina de Turismo, situada en la “Casa Garcetas” de la Calle Mayor. Allí, además de un mapa de la ciudad, nos ofrecerán información sobre las mejores cosas qué hacer y ver en Laguardia y es el lugar donde comprar las entradas para visitar las principales atracciones de la villa.[/su_frame]

Las Murallas de Laguardia

Uno de los elementos más característicos de la villa son sus murallas. Laguardia fue fortificada en el Sg. XII y, a día de hoy, aún se conservan los muros defensivos casi en su totalidad, además de 5 de sus entradas originales: la puerta de Paganos, la Mercadal, la puerta de Santa Engracia, la de Carniceros y la Puerta de San Juan, que suele servir como entrada principal al recinto amurallado de Laguardia en la actualidad. Rodeando la villa por sus murallas nos damos cuenta que son mucho más que simples estructuras de piedra; son guardianas silenciosas de siglos de historia y resiliencia. Estas murallas han soportado el paso del tiempo y han sido testigos de innumerables acontecimientos que han dejado una profunda huella en la región, son una ventana al pasado que también ofrece vistas panorámicas espectaculares de los alrededores, desde donde podremos observar los viñedos ondulantes de la zona y las colinas que conforman el impresionante paisaje de La Rioja Alavesa.

Iglesia de San Juan Bautista

Nada más atravesar la Puerta de San Juan nos toparemos con la Iglesia de San Juan Bautista. Fue construida entre los siglos XII y XVIII, testigo de la devoción y la maestría arquitectónica de diferentes épocas por lo que podemos apreciar una gran cantidad de estilos. En el exterior destaca su portada de estilo gótico, mientras que del interior no debemos perdernos el retablo y la Capilla del Pilar, ambos barrocos, ademas de los vitrales, meticulosamente diseñados, que filtran la luz del sol, creando un juego de colores que parece danzar sobre las paredes y los bancos de madera.

La Iglesia de San Juan Bautista es un hito arquitectónico que bien merece una visita. Su diseño gótico y renacentista combina elegancia y solidez con los detalles barrocos del interior, creando una estructura sumamente imponente.

Plaza Mayor de Laguardia

Nos acercamos a la Plaza Mayor de Laguardia, centro neurálgico de la vida de la localidad. Se trata de una pequeña plaza porticada en la que destaca la fachada del Ayuntamiento donde destaca el escudo de la ciudad. También aquí encontramos uno de los atractivos más originales de Laguardia, un bonito y curioso Reloj de Carrillón del cual (a ciertas horas: 12h-14h-17h y 20h) salen unos muñequitos bailando al ritmo de las danzas tradicionales de la villa.

Las callejuelas aledañas a la Plaza Mayor se llenan de gente que abarrotan los bares en los que saborear los exquisitos pintxos y platos elaborados con los productos típicos de la tierra y sus afamados vinos, y es que estos bares son mucho más que simples lugares para saciar tu sed y hambre; son auténticos oasis gastronómicos, que con sus terrazas acogedoras y su ambiente animado, ofrecen una experiencia culinaria que combina la rica tradición con la vitalidad contemporánea.

[su_frame]Una de las construcciones típicas de Laguardia, levantadas en la mayoría de los casos a lo largo del Sg. XVI, son los calados. Se trata de cuevas y bodegas subterráneas que eran utilizadas antiguamente para elaborar y almacenar los vinos, y por las que se conecta prácticamente todo el pueblo. Casi todas las casas de la villa cuenta con la suya propia y, en la actualidad, son utilizadas para reuniones y celebraciones de familiares y amigos.[/su_frame]

Iglesia de Santa María de los Reyes y su espectacular pórtico

Este templo de estilo gótico es uno de los lugares imprescindibles que visitar en Laguardia. Construido entre los siglos XII y XVI, la Iglesia de Santa María de los Reyes se levanta majestuosamente en el corazón de la villa y aunque su exterior parezca bastante sobrio, su verdadero tesoro se encuentra en el interior. El Pórtico de la Iglesia de Santa María de los Reyes es una joya artística atemporal que transporta a los visitantes a través del tiempo y el talento de los artesanos medievales. Esta obra maestra tallada en piedra (la pintura es tan increíble que parece madera) data del Sg. XIV, aunque su policromía es del siglo XVII. Está compuesto por un arco gótico muy apuntado que forma cinco arquivoltas, todas ellas decoradas con figuras humanas (vírgenes, profetas, mártires, reyes y ángeles) con motivos vegetales. Es una parada casi obligatoria y la única forma de la que se puede ver es con unas visitas guiadas que organiza la Oficina de Turismo de Laguardia. Duración: Treinta minutos aproximadamente. Tarifa: 4 € por persona. / Tarifa reducida: 2,5 € por persona. Reservas: Para visitarla es IMPRESCINDIBLE reservar plaza y tiene el aforo limitado.

Plaza del Gaitero

Junto a la Iglesia de Santa María encontramos la famosa Plaza del Gaitero, además de sus visitas a las murallas encontramos en ella uno de los lugares más curiosos que ver en Laguardia: “El Homenaje a los Viajeros”. Se trata de una escultura realizada en bronce  en la que se representan bolsos de viajes, zapatos, maletas… dedicada a todos los viajeros de ayer y hoy, una escultura que nos gustó mucho (por razones más que obvias).

Durante las diferentes estaciones del año, la Plaza del Gaitero adquiere diferentes personalidades. En primavera y verano, las terrazas se llenan de turistas y locales disfrutando del sol mientras saborean pintxos y vinos de la región. En otoño, el ambiente se vuelve «más íntimo» y el cambio de colores de los árboles cercanos añade un toque pintoresco. En invierno, se monta un pequeño mercadillo navideño que le da un tono festivo a esta pequeña pero muy bonita plaza.

Torre Abacial

Adosado a las murallas y frente a la Iglesia de Santa María, nos encontramos con uno de los lugares más interesantes que visitar en Laguardia, la Torre Abacial. Fue levantada en el Sg. XIII cuando paso a formar parte del sistema defensivo de la villa, pero a lo largo del tiempo ha sufrido diversas restauraciones hasta convertirla a día de hoy en un campanario externo de la Iglesia en el que se pueden distinguir diversos estilos arquitectónicos. Os recomendamos subir hasta la parte alta para poder tener unas vistas inmejorables de la Rioja Alavesa y desde donde (se dice) que los días despejados se puede llegar a ver el Pilar de Zaragoza (muy despejado tiene que estar…). Junto a la Torre se levanta el aljibe, un antiguo depósito de agua que también es visitable.

Ruta de los Dólmenes

Si dejamos atrás los muros de Laguardia y recorremos las cercanías de la villa podemos emprender un viaje para conocer a los primeros moradores de estas tierras y es que en sus alrededores se levantó un importante poblado Neolítico, del que podemos admirar varios dólmenes construidos entre el años 3.000 y 1.000 a.C.

Esta aventura arqueológica entre viñedos y dólmenes milenarios es testimonio silencioso de culturas ancestrales. Los dólmenes, con su forma imponente, invitan a reflexionar sobre la vida y las creencias de aquellos que los construyeron. Estas estructuras funerarias, que datan de la Edad del Bronce, despiertan la imaginación y la curiosidad, inspirando preguntas sobre estos tiempos tan remotos.



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