Holanda es mucho más que su capital, Ámsterdam y sus famosos canales, el país de los tulipanes cuenta con preciosos pueblos en los que saborear de manera pausada la esencia nórdica. En este Post os proponemos ver y visitar dos pequeñas localidades situadas muy cerca de Ámsterdam: Edam y Volendam, ideales para hacer una excursión de un día.
Cómo ir a Edam y Volendam desde Ámsterdam (Holanda)
Ambas ciudades forman parte del municipio conocido como Edam-Volendam y están situadas a escasos 22 kilómetros al norte de Ámsterdam, dentro de la región de Waterland.
Una opción es contratar un Tour guiado en español desde Ámsterdam para visitar Edam y Volendam y en el que además podremos conocer las localidades de Zaanse Schans y Marken.También es posible visitarlas fácilmente, por libre, en un mismo día en autobús gracias a la tarjeta Waterland Card, que por unos 10€ nos permite subir y bajar de forma ilimitada en un mismo día tantas veces como queramos, con la posibilidad de visitar, no solo estos dos pueblos sino también otros dentro de la misma región. Saliendo desde Ámsterdam basta con acercarse a su Estación Central para tomar el autobús número 316 de la compañía EBS y que cubre los trayectos Ámsterdam-Edam-Volendam. Para llegar al primero de ellos se invierten unos 25 minutos y si se continúa a Volendam serán unos 15 minutos más.
Edam, qué ver y visitar
Si pensamos en Edam lo primero que se nos viene a la cabeza es su famoso queso, en forma de bola con una cubierta de color rojo, que podemos encontrar en los supermercados de medio mundo y que se llevan exportando desde la “Edad de Oro Holandesa”. Pero el encantador Edam ofrece mucho más a los viajeros que se acercan hasta aquí.
La hegemonía holandesa del siglo XVII, también conocida como Edad de Oro holandesa, fue un período de la historia de los Países Bajos en que este país se transformó en una potencia de Europa y en el que florecieron el comercio, la ciencia y la cultura holandesa. En el caso de Edam, hoy uno de los pueblos más pintorescos de Holanda, fue fundado en el Sg. XII pero no fue hasta el Sg. XVI y XVII cuando vivió su época de mayor esplendor gracias a su puerto, el astillero y el comercio.
La mejor forma de conocer es Edam es pasear con tranquilidad por las orillas de sus canales, cruzando los pequeños puentes que conectan sus calles compuestas de pintorescas casas, muchas de ellas de madera, conservadas en perfecto estado desde hace siglos, no en vano, han sido nombradas monumento nacional.
Entre sus edificios más significativos se encuentra el Ayuntamiento y su torre de madera, levantado en 1737 y situado en la plaza Damplein, centro neurálgico de Edam. En esta plaza, repleta de bares y restaurantes, también podemos encontrar el Museo de Edam. A 4 minutos andando de la Plaza encontramos la Iglesia Nicolaaskerk también conocida como “Grote Kerk”, dedicada al patrón de los marineros, siendo una de las más grandes de todo el país y destaca por sus impresionantes vidrieras.
Si tenemos la suerte de visitar Edam durante los meses de julio y agosto no debemos perdernos su famoso Mercado del Queso que se celebra los miércoles de 10:30h a 12:30h desde 1920. De no ser así habrá que conformarse con visitar algunas de sus queserías, muchas de las cuales son originarias del Sg. XVIII.
Qué ver y hacer en Volendam
Volendam, situado en la orilla del lago Markermeer, es uno de las zonas más turísticas de toda Holanda. Este agradable pueblo pesquero surgió en el Sg. XIV cuando los habitantes de Edam decidieron construir un nuevo puerto.
Volendam destaca fundamentalmente por su paseo marítimo, rodeado de antiguos barcos pesqueros y bonitas casas de madera, hoy reconvertidas en su mayoría en cafés, restaurantes y tiendas suvenires, de trajes tradicionales y zuecos. Merece también la pena degustar alguno de sus platos más típicos como el marisco, pescado rebozado, calamares, bocadillos de anguilas y arenques con sal y pepinillos y, por supuesto, el queso de Volendam.
Si nos alejamos del puerto y del paseo marítimo podemos pasear por la zona conocida como Doolhof (laberinto), entre canales y casas tradicionales, o acercarnos hasta su solitario molino, para tener una de las imágenes más icónicas de Holanda. En los meses de verano se abre al público en Museo de la ciudad, con importantes cuadros de artistas del país y una muestra de trajes tradicionales.
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