Francia es un país ideal para recorrer en coche, sin prisa, disfrutando de las infinitas opciones y rutas en las que mezclar naturaleza, pueblos medievales, ciudades cargadas de historia y una rica gastronomía. En esta ocasión os proponemos una ruta por el Sur de Francia, comenzando por la bella Carcassone y atravesando la Provenza y Costa Azul hasta llegar a Mónaco.
10 Lugares imprescindibles qué ver en la Ruta por el Sur de Francia y la Costa Azul
Carcassone, la ciudad y fortaleza que atrapa al viajero
La preciosa ciudad medieval de Carcassone, Patrimonio de la Humanidad, fue nuestra primera parada en la ruta por el sur de Francia. Sus muros cuentan con más de 2.500 años de historia, es la ciudad fortificada más grande de Europa y una de las mejor conservadas (fue restaurada, en parte, por EugèneViolet-le-Doc en el Sg. XIX).
Pasear por su interior es viajar al medievo, siendo lo ideal comenzar a recorrer sus calles a primera hora de la mañana, para escapar de las masas de turistas. La puerta Narbona es la principal de sus cuatro puertas y tras cruzar el foso y recorrer las murallas, es obligatorio visitar el Castillo Condal y la Iglesia de Saint Nazaire, que mezcla los estilos románico y gótico.
Arles, la ciudad que inspiro a Van Gogh
Aunque de origen griego, Arles cobro importancia en la época romana cuando el propio Constantino el Grande la considero su ciudad favorita. Siglos más tardes, el brillante Van Gogh se inspiró en sus calles para pintar parte de sus obras. En la visita no hay que perderse las Termas de Constantino y el Teatro y el Anfiteatro romano del siglo I a.C., este último es conocido como Las Arenas y llego a albergar hasta 25.000 espectadores. En la actualidad se utiliza fundamentalmente como coso taurino.
El centro neurálgico de Arles es la Plaza de la República, en la que se levanta el obelisco, el Ayuntamiento y la Iglesia de San Trofimo.
Aviñón, la ciudad de los Papas
Nos adentramos en la Provenza francesa para llegar a Aviñón. Situado a las orillas del río Ródano fue declarada Patrimonio de la Humanidad en 1995. Durante el conocido como Papado de Aviñón, sirvió de residencia a 7 Papas y 2 Antipapas y perteneció al Vaticano hasta 1793. El impresionante Palacio Papal, con sus cuatro torres, es uno de los mejores edificios góticos del mundo, en su interior destaca la gran audiencia y el gran túnel, lugar donde tenían lugar con conclaves. Otro de los edificios destacados en la Cathedrale de Notre Dame des Doms que, aunque de origen románico ha sufrido numerosas reconstrucciones. El conocido como Petit Palais alberga el museo del mismo nombre y guarda importantes pinturas y escultural del arte medieval.
Una de las mejores cosas que se pueden hacer por Aviñón es pasear por los más de 4 kilómetros de murallas, pasando por sus 16 puertas y casi cuarenta torres. Pero si hay un lugar encantador ese es el conocido como Pont d´Avignon, el primero de los puentes que acaba a mitad del rio.
Marsella, la ciudad más antigua de Francia
La segunda ciudad más poblada de Francia es también la capital de la región Provenza-Alpes-Costa Azul. Marsella vive de cara al Mar Mediterráneo y en los últimos años se está esforzando por dejar atrás la imagen de ciudad conflictiva e incluso ha sido nombrada “Capital europea de la cultura”. La zona del Puerto Viejo es el centro neurálgico de la ciudad, un animado puerto, custodiado por fuerte de Saint‑Jean, donde hay decenas de bares, restaurantes y una animada vida nocturna.
Imprescindibles son las visitas al Barrio le Panier, el más antiguo de Marsella repleto de locales de moda y galerías de arte y a la Basílica de Notre-Dame de la Garde de estilo romano-bizantino, construida en el Sg. XIX sobre un antiguo fuerte.
Parque Nacional Les Calanques, donde el mar abraza la tierra
A poca distancia de Marsella, en la costa azul, se encuentra este precioso paraje natural formado por acantilados y calanques que son pequeños fiordos y playas de agua azul turquesa de enorme belleza. Para visitarlo lo ideal es acercarse a la localidad pesquera de Casis en la que, además de visitar el agradable casco urbano de calles empedradas y su castillo, podemos tomar un barco para recorrer Les Calanques o bien comenzar alguno de los muchos trekking que se ofertan.
Saint-Tropez, lujo, lujo y más lujo en el Sur de Francia
La siguiente parada nos lleva a la Costa Azul más exclusiva. La ciudad de Saint-Tropez queha sido y es muy popular entre la “jet set” desde los años 60 y buen ejemplo de ello es su puerto donde nos podemos sentar (o no) en alguna de sus cafeterías y contemplar los impresionantes yates que se encuentra atracados en el. Paseando por sus estrechas callejuelas podremos pararnos en las tiendas de las marcas más caras del mundo o, incluso, tropezarnos con algún famoso.
Cannes, cuna del cine europeo
Llegamos a una de las mecas del cine: la ciudad de Cannes famosa por el festival de cine, uno de los más famosos del mundo, que tiene lugar cada año. Obligatorio es pasear el Promenade de la Croisette, el particular paseo de la fama francés a las orillas del Mediterráneo.
En el interior de la ciudad destaca el edificio del Hotel de Ville, su animado mercado y el boulodrame, lugar donde jugar a la petaca, una actividad muy popular en el sur de Francia.
Si se tiene tiempo una buena opción es tomar un barco para visitar las islas de Saint Honorat y Sainte Marguerit o realizar alguno de los Tours que nos acercaran a pueblos con tanto encanto como Antibes y San Paul de Vence.Nice, la joya de la Costa Azul
Nice (Niza), capital de la Costa Azul, es una ciudad cargada de tintes italianos y una de las más bellas del Sur de Francia. Sin duda, no hay que perderse el Paseo Des Anglais, allí podremos tomar algo en sus famosas sillas de color azul, para después perdernos por sus estrechas calles, repletas de edificios de colores, iglesias de estilo barroco como la Capilla de la Misericordia, la Basílica-catedral de Santa María y Santa Reparata o la de San Martin o visitar el Mercado de las Flores.
Las mejores vistas de Nice son desde la colina del castillo y su cementerio al que se puede acceder por el ascensor gratuito que se toma junto al paseo marítimo.
Montecarlo y el Principado de Mónaco
En realidad se trata de una ciudad-estado, lujosa, exclusiva y famosa en el mundo por el Casino de Montecarlo (al que tienen prohibida la entrada todos los monegascos), el Gran Premio de F-1 o sus ostentosos Hoteles y restaurantes.
Los visitantes más “humanos” jamás deberían perderse la zona del Palacio de Montecarlo y la Catedral de Mónaco, desde donde se tienen las mejores vistas del puerto deportivo y el paseo marítimo. En el Palacio de los Grimaldi, residencia de los príncipes monegascos, cada día las 11:55 A.M. tiene lugar el cambio de guardia. Otros puntos interesantes son la Iglesia de San Nicolás donde están enterrados Rainiero y Grace Kelly o el Museo Oceanográfico, uno de los mejores del mundo.
La carretera de la Costa Azul
Aunque no es un punto “concreto” se trata de una atracción en sí misma. Existe una autovía por el interior que conecta todas las ciudades y puntos anteriores, pero os recomendamos utilizar la antigua carretera que serpentea pegada a la costa y ofrece unas vistas maravillosas. Los mejores miradores se encuentran en Niza y Mónaco.
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