Bergen, situada al oeste de Noruega es la segunda ciudad más importante del país y habitualmente sirve como puerta de entrada a una de sus mayores atracciones turísticas: los fiordos. Emplazada en un entorno inmejorable, entre el mar y las siete colinas que la rodean, caminar por su animado centro histórico es toda una delicia.
La historia de la ciudad está íntimamente ligada al comercio, especialmente del bacalao, ya que formo parte durante siglos de la llamada liga hanseática, que permitía el libre comercio entre diversos países, entre ellos Alemania, cuya impronta se puede ver claramente en los edificios de la ciudad.
Bergen, consejos para la visita
La ciudad de Bergen es probablemente la más turística del país lo que se nota en la gran cantidad de bares, restaurantes y alojamientos de todo tipo que pueblan sus calles. Campings, albergues y hoteles para todos los bolsillos en los que, especialmente durante el verano, es necesario reservar con antelación, podéis consultar muchas opciones en el siguiente enlace.
Existen muchas maneras de llegar hasta Bergen ya sea por tierra, mar o aire. Su aeropuerto internacional está ubicado a escasos 17 kilómetros de la ciudad y actualmente existen vuelos desde varias ciudades españolas. Desde el aeropuerto es posible reservar un coche de alquiler para continuar el viaje por los impresionantes fiordos. Desde Oslo, la capital noruega, se puede llegar en coche, son unos 450 kilómetros pero tardaremos mínimo 7 horas en recorrerlos ya que algunos tramos de la carretera no están en muy buen estado. También existen conexiones en tren, sin olvidarnos del puerto de Bergen, lugar habitual de parada para los cruceros que recorren el norte de Europa.
Si queréis conocer Bergen sin dejar nada en el tintero existen varios tours por la ciudad, alguno de ellos ¡gratuito!. Toda la información en este enlace.La ciudad, como el resto de Noruega, no es un destino barato, pero podemos utilizar la tarjeta Bergencard para ahorrar algo en las principales visitas. Un buen punto donde comenzar la visita a Bergen es el impresionante edificio donde se encuentra la Oficina de Turismo, junto al Puerto, y donde además de hacernos con mapas e información de la ciudad así como del resto del país, podemos cambiar dinero ya que existe una oficina de cambio.
Bergen, que ver y que hacer
Aunque la zona más turística de Bergen es relativamente pequeña, la ciudad cuenta con atractivos más que suficientes para pasar un par de días: museos, arte, eventos culturales y una animada vida nocturna gracias a la gran cantidad de estudiantes ocupan la ciudad. Aunque si estamos en un road trip por la zona, como fue nuestro caso, creemos que un día es más que suficiente para llevarnos una idea general de la ciudad.
Sin duda la zona más visitada de Bergen y punto neurálgico es el Muelle de Bergen, declarado Patrimonio de la Humanidad, y famoso por sus preciosas casas de madera pintadas con llamativas colores. En su momento fueron construidas por los comerciantes de la liga hanseática y la mayoría tuvieron que ser restauradas tras el incendio que arraso la ciudad en 1702.
Actualmente, estas casas están ocupadas por restaurantes, cafeterías y tiendas de recuerdos. Pero no hay que quedarse sólo con la zona más próxima al puerto, sino que lo ideal es adentrarse por las callejuelas, entre sus edificaciones de madera y trasladarnos en el tiempo a esta época de comerciantes y pescadores.
Otro punto imprescindible es el Mercado del Pescado (Fisketorget) donde podemos encontrar gran cantidad de puestos para saborear brochetas de pescado, mariscos, carne de ballena y como no, el famoso salmón noruego.
Pasear por los jardines la Fortaleza de Bergenhus, del siglo XII, que aunque ha sido reconstruida en varias ocasiones es una de las más antiguas de Noruega, es otro imprescindible al igual que recorrer la calle peatonal de Skastredet llena de restaurantes y tiendas de artesanía. En la misma calle podemos visitar la Iglesia de San Olaf de 1150 o la de Santa María, el edificio más antiguo de Bergen. En cuanto a los museos, el más visitado es el Museo Hanseático, donde se puede aprender más sobre la vida y el trabajo que marcó la ciudad entre los siglos XIII y XVII.
Pero una visita a Bergen no está completa si no se toma el Funicular Flolbanen hasta el Monte Floyen donde tendremos las vistas más impresionantes de la ciudad, del mar y sus colinas. En algo más de cinco minutos el funicular nos llevará al mirador situado a 320 metros de altitud.
Desde allí, salen gran cantidad de rutas de senderismo de distintos niveles. Os recomendamos, realizar la bajada a la ciudad caminando, unos tres kilómetros, mientras seguimos los carteles y nos cruzamos con los otros “habitantes” de Bergen, sus míticos elfos.