Vientián, situada en la orilla del rio Mekong y muy próximo a la frontera de Tailandia, es la capital de Laos desde 1560 por orden del rey Setthathirath, desde entonces ha sufrido gran cantidad de invasiones por parte de Tailandia, el Reino de Siam que destruyo parte de la ciudad, o de Francia de la que fue colonia hasta 1953. Todo ellos ha dejado su impronta en la arquitectura de la ciudad y en las costumbres de sus habitantes. Vientián no tiene nada que ver con el resto de capitales asiáticas como Bangkok o Hanoi, más bien parece un pueblo grande en el que impera la tranquilidad. Aunque para muchos Vientián es solo una ciudad de paso de camino a otros puntos más conocidos del país como Luang Prabang o Vang Vieng lo cierto es que bien merece una visita para disfrutar de sus templos, museos y gastronomía de clara influencia francesa.
VIENTIÁN, CÓMO LLEGAR A LA CAPITAL DE LAOS
Por su ubicación estratégica a escasos kilómetros de la frontera Nong Khai con Tailandia, es muy habitual en las rutas de entrada o salida a este país asiático, además de ser muy utilizado por muchos turistas para ampliar el visado tailandés. Cuenta con un aeropuerto internacional, el Watthay Airport y tres estaciones de autobuses que la conectan con cualquier punto del país. Nosotros llegamos en un sleeping bus desde Pakse, después de haber pasado unos días en las 4000 islas, a la estación central de Vientián situada junto al Talaat Sao Market, que a esa hora, las 6 de la mañana, comenzaba a ponerse en marcha.
El tráfico de Vientián no tiene nada que ver con el de Bangkok u otras ciudades asiáticas por lo que es muy cómoda para visitar en bicicleta o andando, por nuestra parte al tener tan poco tiempo utilizamos el tuk-tuk para llegar a los puntos más alejados.
QUÉ VER Y HACER EN 1 DÍA EN VIENTIÁN
Apenas íbamos a pasar unas horas en la capital de Laos por lo que no había tiempo que perder, desde la estación de autobuses cogimos un tuk-tuk que nos dejó en una de las calles principales de la ciudad rue Setthathilath, paralela al rio Mekong. Allí dejamos las mochilas en las instalaciones de Green Discovery con quien habíamos comprado los billetes para ir a Vang Vieng por la tarde. Esta zona cuenta con la mayoría de los edificios institucionales y embajadas de estilo colonial así como una gran cantidad de cafés y pastelerías, en una de ellas, junto al Museo Nacional paramos a desayunar antes de comenzar con las visitas.
Lo más importante qué ver en Vientián
El primero de los templos al que nos acercamos fue al Wat Sisaket, de estilo tailandés, es el más antiguo de la ciudad y el único que se mantuvo en pie tras la invasión del reino de Siam. En su interior hay casi 7000 estatuas de Buda.
No muy lejos está el Haw Phra Kaew, fue construido en 1565 por orden del Rey Saysetthathirath con el fin de albergar el famoso Buda Esmeralda, pero durante la invasión de Siam el templo fue destruido y saqueado y el Buda acabo en el Palacio Imperial de Bangkok donde se puede visitar a día de hoy, no obstante, años más tarde, el gobierno tailandés regalo un replica a sus vecinos laosianos (nosotros no pudimos entrar a ver la replica del Buda porque el templo estaba cerrado). El estilo del templo lo denominan como tailandés-rorocó y cuenta con bellos soportales tallados con estatuas de madera de Buda y rodeado de jardines. El precio de la entrada es de 5.000 kips.
Volvemos sobre nuestros pasos hasta el Palacio Presidencial de Vientián, para coger otro tuk-tuk (50.000 kips) y visitar alguno de los lugares más alejados. Tomamos la avenida principal Lanexang y no tardamos en toparnos con uno de los monumentos más representativos de la ciudad el Patuxai o Puerta de la Victoria, fue construida en 1962 en honor de los fallecidos durante la Guerra de Independencia.
En realidad está formada por cuatro arcos que albergan un museo y una tienda, recorrer los jardines que lo rodean llenos de palmeras y estanques es gratis, pero subir a lo más alto, para disfrutar de unas bonitas vistas de la ciudad cuesta 3000 kips.
Desde allí, giramos por la 23 Singha Rue, en dirección a la Pha That Luang, símbolo de la ciudad y uno de los lugares más sagrados del Budismo. Esta inmensa estupa dorada en forma de pirámide, fue construida en 1566 por orden del Rey Setthathurat y se dice que su interior guarda una reliquia de Buda.
Tiene 45 metros alto y tres niveles y representa el ascenso desde la tierra al cielo y está rodeada de 30 estupas más pequeñas pero lo que sin duda la hace única son los más de 500 kilos de pan de oro que la recubren. Está rodeada por los jardines Saysattha, presididos por una estatua del Rey fundador, en sus orígenes estaba rodeada por otros cuatro templos menores, pero en la actualidad solo quedan en pie dos de ellos: el Wat Thatluang Neva, al norte, un bonito palacio de estilo tailandés y flanqueado por dos enormes estatuas doradas, y el Wat That Luang Tac, que destaca sobre todo su rica decoración interior.
Nos quedamos con ganas de seguir disfrutando de Vientián y de visitar alguno de sus mercados locales que tanto nos habían recomendado o pasear por las orillas del Mekong, pero había que continua de camino a Vang Vieng.
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