El Desierto Blanco de Egipto es un tesoro natural único que cautiva con sus formaciones rocosas surrealistas y paisajes inigualables. Situado en la región occidental del país, el desierto Blanco pertenece al desierto occidental, que es un área del Sahara en Egipto que se encuentra al oeste del río Nilo, hasta la frontera con Libia. Este desierto se caracteriza por sus imponentes montañas de roca caliza que, a lo largo de los milenios, han sido esculpidas por las tormentas de arena creando formas extraordinarias. Desde imponentes torres hasta curiosas figuras, el Desierto Blanco ofrece una excursión visual inolvidable, donde el contraste entre la arena dorada y las formaciones blancas crea una paleta de colores única. Si contáis con tiempo suficiente en vuestro viaje a Egipto os recomendamos que salgáis de las rutas más trilladas y visitéis la belleza de este rincón que guarda la historia geológica de la Tierra, fantásticas formaciones rocosas que parecen sacadas de otro planeta, oasis, fuentes termales y uno de los cielos estrellados más alucinantes que hemos visto nunca.

El Parque Nacional del Desierto Blanco,  protegido por el Gobierno egipcio, se presenta como un territorio virgen, de una belleza difícil de narrar y con esa magia y misterio que transmiten los desiertos. Sin duda una parada que teníamos marcada como un imprescindible en nuestra ruta por libre por Egipto y que se convirtió en uno de nuestros lugares preferidos del país. Al ser una excursión menos típica no hay mucha información sobre este lugar: ¿Cómo ir? ¿Cuándo es la mejor época? ¿Qué tipo de excursión contratar? En este Post os dejamos una amplia información que esperamos os ayude a organizar y disfrutar al máximo de este espectacular destino.

CÓMO VISITAR EL DESIERTO BLANCO EN EGIPTO

OBLIGATORIO VISITARLO CON GUÍA AUTORIZADO: El conocido como Desierto Blanco, al norte de Egipto, se encuentra en la depresión de Farafra, en el desierto occidental de Egipto. Desde el Cairo hay 425 km que se tardan en recorrer algo más de cinco horas y desde Farafra, la localidad de referencia, son 45 kilómetros. Lo primero que tenemos que tener en cuenta al planear nuestra visita al Desierto Blanco es que NO es posible hacerlo por libre, la única forma de visitarlo es a través de una Agencia Oficial, con un guía autorizado que se encargara de tramitar los permisos necesarios y de comunicar el número de personas exactas que van a realizar la excursión. Aunque a día de hoy es totalmente seguro visitar el Desierto Blanco, su cercanía con la frontera con Libia hace que se tomen todas las precauciones. Además orientarse y conducir por el desierto es muy difícil por lo que conviene ir con un buen guía que conozca el lugar.

Consejos para visitar el Desierto Blanco en Egipto

DONDE CONTRATAR EL TOUR DE 1 Ó 2 DÍAS: A pesar de que es posible hacer la visita en un solo día, yendo y volviendo de El Cairo, creemos que se trata de un viaje demasiado cansado y nos perderíamos la oportunidad de dormir en el desierto, por lo que (si hay tiempo suficiente para ello) os recomendamos que hagáis la excursión de dos días y una noche (también hay opciones de 3 días que permiten disfrutar y conocer más la vida en torno al Oasis de Bahariya). Hay muchas agencias que ofrecen el Tour al Desierto Blanco por un precio que varía dependiendo de las personas que vayan a realizarlo (cuantos más viajeros más económico es). Nosotros lo contratamos a través de Civitatis, y nos encantó. Fue un Tour privado para nuestro grupo (8 adultos y 3 niños) de dos días y una noche por algo menos de 100€ por persona (los niños pagan igual que los adultos). Además nuestro joven guía, Mostafa, fue fantástico, muy amable y súper atento con los niños, ¡Muchas gracias amigo!

CUAL ES LA MEJOR ÉPOCA PARA VISITAR EL DESIERTO BLANCO: El mejor momento para conocer el Desierto Blanco es durante los meses de primavera y otoño, cuando las temperaturas son más benévolas. Durante el verano el calor en el desierto es asfixiante con temperaturas que por el día puede alcanzar los 45º, mientras que en los meses más fríos de diciembre y enero, las noches pueden ser bastantes frías con temperatura que apenas alcanzan los 5-10 grados.

¿QUE INCLUYE LA VISITA AL DESIERTO BLANCO?

La manera más habitual de visitar el Desierto Blanco es contratando una excursión de dos días y una noche, que incluye:

  • El traslado en un coche o furgoneta privada desde El Cairo a Bahariya y regreso.
  • Coche 4×4 para recorrer el zona del desierto blanco y negro.
  • Guía de habla español.
  • Todo lo necesario para la acampada de 1 noche en el desierto.
  • Entradas al Parque Nacional.
  • Un almuerzo en el Oasis de Bahariya, un desayuno y una cena en pleno desierto.
  • Agua durante todo el trayecto.

Los guías se encargaran de llevar todo lo necesario durante estos dos días y os recomendamos que llevéis algo de ropa de abrigo ya que por la noche en el desierto puede hacer bastante frio.

La leyenda del Ejército Perdido de Cambises: Muchas son las leyendas que rodean al Desierto Blanco, los tuaregs consideran que no solo se encuentran rocas y fósiles en este paraje sino también temibles espíritus, los llamados Dijnns. Cuenta la leyenda que Cambises lideró a su ejército en una expedición hacia el oasis de Siwa, en el desierto, con la intención de conquistar el Oráculo de Amón y obtener su aprobación como legítimo gobernante de Egipto. Sin embargo, durante la travesía a través del inhóspito desierto, el ejército desapareció misteriosamente sin dejar rastro. Fue entonces cuando los malvados espíritus del desierto, los Dijnns, transformaron los cuerpos de los soldados en las rocas que hoy forman este mágico paraje. A día de hoy no se ha encontrado evidencia arqueológica que respalde la existencia de tal expedición o la desaparición de un gran contingente militar en el desierto, pero la leyenda persiste, alimentando la imaginación de los viajeros que se adentran en las arenas del Desierto Blanco

NUESTRA EXPERIENCIA EN LA VISITA AL DESIERTO BLANCO Y NEGRO DE EGIPTO

Nuestra aventura por el Desierto Blanco comenzó temprano. A las 6 de la mañana pasaron a buscarnos por nuestro hotel de El Cairo y pusimos rumbo al desierto y tras una breve parada para desayunar y más de cuatro horas de viaje llegamos a la primera parada de la excursión, el Oasis de Bahariya. Esta zona está formada por unos cuantos pueblecitos que viven de la agricultura y que se encuentran rodeados de palmeras y fuentes termales. Paramos en uno de ellos y mientras los conductores cambiaban las cosas de vehículo (para adentrarnos en el desierto es necesario un 4×4) dentro de una de las casas nos sirvieron un exquisito almuerzo elaborado con productos locales y platos típicos egipcios, además de un té beduino que no puede faltar.

Aunque nosotros no teníamos tiempo suficiente para visitarlo, en el propio Oasis de Barahiya, se encuentra un lugar excepcional conocido como el Valle de las Momias Doradas, en cuyas galerías descansan más de 10.000 momias de la época grecorromana.

Con el estómago lleno nos montanos en los 4×4 y empezamos la marcha. Pronto paramos en una de las muchas fuentes termales y pozos que hay en la zona. En este caso fue en el pueblo de Heiz, donde está situado un pozo del agua fría de 300 metros de profundidad y otros de agua caliente de 700 a 1000 metros. Dicen que sus aguas tienen propiedades curativas, por lo que no dudamos en darnos un baño imitando a los locales (no olvidéis el bañador en vuestra visita). Toda la zona de Oasis depende de los pozos para beber y regar la tierra, siendo estos su tesoro más preciado. También es reseñable las muchas plantaciones de palmeras de dátil, que en la zona de los Oasis Baharia y Siwa, son las mejores de todo el país.

Aunque habitualmente hablamos del Desierto Blanco, una de las paradas más espectaculares del Tour es el conocido como Desierto Negro. Nos desviamos ligeramente de la carretera para llegar a este paraje espectacular formado por decenas de montículos de hasta 100 metros de alto que se esparcen por un territorio de más de 30 kilómetros. La mayor parte de estas colinas estas coronadas por umbrales de basalto y otros minerales oscuros que le confieren su característico color negro. El origen de dicha formaciones, se remonta al periodo Jurásico, hace más de 180 millones de años, cuando diversas explosiones volcánicas expulsaron rocas de dolerita y granito negro que dieron paso a la formación de estas montañas. Durante la visita pudimos ascender a dos de estas colinas, desde las que se tiene una vista increíble al resto del Desierto Negro.

La siguiente parada es la conocida como Montaña de Cristal, una montaña compuesta totalmente de rocas cristalinas de muchos tipos (125 tipos diferentes), los geólogos describen esta montaña como «una cueva exhumada«, una cueva completa con estalagmitas, estalactitas, cuarzo… que ha sido empujada hacia arriba por el movimiento de tierra y con el tiempo ha perdido su techo debido a la erosión. Sin duda es un fenómeno geológico mágico (y recordar: NO os llevéis cristales a casa).

Volvimos al coche para continuar nuestra excursión y pronto empezamos a vislumbrar pequeñas formaciones moldeadas por la erosión del viento durante miles de años, al pie de las cuales la arena de color dorado deja paso a su característico color blanco. No tardamos en llegar al conocido como Valle de Agabat, enormes formaciones de piedra caliza que contrastan con la arena dorada del desierto que te trasladaran a un lugar mágico, de otro planeta y cuya imagen se quedara grabada en tu retina para siempre.

Después de tomar cientos de fotos, seguimos descubriendo el desierto conduciendo por las dunas hasta llegar a una de las paradas más divertidas del día, pues nuestros guías sacaron las tablas de sandboard con las que pudimos tirarnos por una de las dunas, disfrutamos como niños.

Pero aún nos quedaba la parada más esperada, la joya del día: el gran Desierto Blanco. Poco a poco fueron apareciendo ante nosotros caprichosas formaciones rocosas de un blanco cejador. Fuimos parando en algunas de ellas para dejar volar nuestra imaginación entre champiñones, gallinas, conejos o esfinges que han sido moldeadas por el viento. Poco antes de la caída del sol, nos dirigimos a uno de los montículos más elevados para disfrutar de una puesta de sol difícil de olvidar.

Desde allí pusimos rumbo a la zona donde acampamos por la noche. Al tratarse de un espacio protegido, no está permitida la existencia de campamentos permanentes, sino que cada expedición tiene que montarlo cada día. Nuestros guías prepararon las tiendas de campaña, la hoguera y la cena mientras caía la noche. Poco a poco fue apareciendo ante nosotros un cielo estrellado, donde la contaminación lumínica es inexistente, y que sin miedo a equivocarnos, podríamos decir que es el más impresionante que hemos visto nunca. A la luz de la luna degustamos una buena barbacoa y junto con otros grupos, que se fueron acercando, disfrutamos de una velada junto al fuego con música y bailes beduinos.

A la mañana siguiente vimos amanecer mientras desayunamos y pudimos contemplar de nuevo el desierto y mientras el sol iluminaba las rocas dándoles tonos rosas y anaranjados nos despedimos de una experiencia única, un espectáculo visual inolvidable. Ya sea atraído por la fotografía, la aventura o la magia del desierto, esta visita supone una de las mejores experiencias que se pueden tener en Egipto.

Desayunamos al amanecer


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