La conocida como Ruta 66 es la carretera más mítica de EEUU y posiblemente del mundo. Tiene su origen en 1926 cuando paso a formar parte de las rutas federales estadounidenses. El itinerario original iba de Chicago a Los Ángeles, recorriendo cerca de 4000 kilómetros y se convirtió en el corredor principal de los emigrantes que se dirigían hacia el oeste. La carretera Madre de Estados Unidos, como también se le conoce, fue descatalogada en 1985 al construirse las Autopistas Interestatales pasando a un segundo plano y desapareciendo gran parte de la misma, aunque años más tarde algunos estados, especialmente Arizona y Nuevo México, crearon la “Historic Route 66” para proteger algunos tramos.
Tras pasar la noche anterior entre los neones de Las Vegas pusimos rumbo hacia uno de los puntos que más ganas teníamos de visitar durante nuestra ruta por la Costa Oeste, el Gran Cañón del Colorado y no hay mejor forma de llegar que usando la mítica Ruta 66. También aprovechamos para ver la impresionante Presa Hoover.
RECORREMOS LA RUTA 66. PARADAS PRINCIPALES
La Presa Hoover
A escasos 50 kilómetros de la ciudad de Las Vegas, justo en el límite de los estados de Nevada y Arizona, encontramos la que es una de las grandes obras de ingeniería del siglo XX, la Presa Hoover, cuyas dimensiones siguen sorprendiéndonos hoy en día.
Su construcción, para evitar los continuos desbordamientos del río Colorado, duró 5 años, finalizando en 1936. En la actualidad abastece de energía a tres estados, siendo, con sus 221 metros de altura, la segunda más grande de los Estados Unidos.
Cada año la Presa Hoover recibe más de un millón de visitantes, que pueden optar bien por recorrerla por libre o contratando alguno de los Tours que se ofrecen en la propia presa. En nuestro caso, teniendo en cuenta lo apretado de la ruta, nos conformamos con dejar el coche en el parking habilitado y recorrer caminando el mirador/puente que hay enfrente de la Presa para poder ver sus monumentales dimensiones.
Seligman, viaje a los años 50 a través de la Ruta 66
Aunque viniendo desde Las Vegas se puede tomar el desvío a la mítica Ruta 66 a la altura de la localidad de Kingman en sentido a Hackberry y Peach Spring, si se cuenta con poco tiempo es posible continuar por la interestatal 40 hasta el cruce con el pueblo de Seligman, uno de los más representativos de la Ruta, hasta tal punto que Pixar se inspiró en esta localidad para crear su película “Car´s”.
Este pequeño pueblo de apenas una calle y 500 habitantes está viviendo una segunda época dorada desde que su vecino más ilustre Dº Ángel Delgadillo impulsó la creación de la Historic Route 66 Association of Arizona, convirtiendo a la colorida localidad de Seligman en una parada obligatoria de la famosa ruta. Hoy en día, Seligman, cuenta con gran cantidad de bares y tiendas de souvenirs, donde encontrar cientos de artículos relacionados con la que se llamo la calle principal de América.
Tras dejar el coche en la entrada del pueblo, atravesamos la carretera principal visitando sus puntos más conocidos, como la propia Barbería de Ángel & Vilma Delgadillo´s hoy convertida en tienda/museo donde se puede encontrar objetos tan dispares como tazas de váter o teléfonos antiguos. Entre coches clásicos y camionetas de los años 50 recorremos otras tiendas como el Return to the 50s Museum o The Historic Seligman Sundries con algunos edificios que nos trasladan a un típico pueblo del Oeste Americano.
Tampoco pudimos resistirnos a saborear unas alitas búfalo y unas buenas cervezas en el The Roadkill Cafe/O.K. Saloon antes de continuar hacia el pueblo de Williams.
Williams, de la Ruta 66 a la entrada al Gran Cañón del Colorado
Pusimos rumbo nuevamente por la I- 40, conduciendo algo más de 40 millas hasta la localidad de Williams, la última de esta parte de la Ruta 66, y que nosotros utilizaremos como base para la visita del Gran Cañón del Colorado (dormimos en el Higlander Motel ). Aunque desde este pueblo nos separan unos 80 kilómetros hasta la entrada sur del Parque, es un buen lugar para los que se quieren alejar de las masas de turistas cercanas al Gran Cañón y buscan un ambiente típico americano.
La calle principal de Williams, compuesta por edificios característicos del oeste americano, está plagada de restaurantes, moteles, gasolineras llenas de atrezzo de los años 40 y 50 y numerosas tiendas de regalos, todo ambientado en la histórica ruta.
Bien merece la pena disfrutar de una autentica “cena americana” a base de chuletones en Rod`s Steak House, tomar unas tortitas con nata o un helado en el mítico Twisters Soda Fountain, decorado al estilo de los 50s o tomar unas cervezas en alguno de sus bares rollo “Coyote Ugly”.
Un lugar perfecto para saborear la mítica Ruta 66.
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Me sirvió de mucho leer este post…muchas gracias….yo lo voy hace exactamente igual, tenía dudas de si me hospedaba en Seligman o Williams, pero ya lo tengo claro
Muchas gracias Gabriel! Nos alegramos de que nuestra experiencia te haya servido!
Un saludo!!!