Nos despertamos con la salida del sol en nuestro aparcamiento improvisado frente a la Playa de Vik (recordar que la acampada No es libre desde 2017). Durante toda la noche el viento había estado moviendo la caravana bruscamente, la niebla no nos dejaba ver el mar y llovia mucho pero teníamos que continuar. No estábamos dispuestos a que nada nos impidiera disfrutar del viaje por Islandia.
Ya preparados, pusimos rumbo de nuevo a la Ring Road, para dirigirnos hacia la laguna Jökursárlon y a los pocos kilómetros nos adentramos en Kirkjubaejarklaustur, el campo de lava mas grande de la Tierra, se formo en 1789 por la erupción durante ocho meses seguidos del volcan, por la que murieron las tres cuartas partes de la población islandesa y cuyos efectos se notaron especialmente en Europa, anegando cosechas y a nivel global bajando varios grados la temperatura terrestre.
La imagen de aquel enorme campo de lava cubierto de musgo es increíble, parece que nos encontramos en otro planeta, algo que se convertirá en habitual a lo largo de nuestro viaje por Islandia. Continuamos adentrandonos en Vatnajökull, el glaciar que con sus 12.000 km2 es el más extenso de Europa y alberga alguna de las maravillas naturales más destacadas del país.
Laguna de jökulsárlón de Islandia
Ya desde la carretera comenzamos a vislumbrar un paisaje que nos iba a dejar con la boca abierta, aparecia la Laguna de Jökulsárlón, el mayor lago glaciar de Islandia que se formo hace algo más de 30 años por la fusión del hielo glaciar y en la actualidad ocupa 18 km2. Es sin duda una de las estampas más famosas de toda la isla. Dejamos la caravana en el más cercano de los dos parkings con los que cuenta la zona. Esta inmensa laguna está llena de icebergs que viajan sin rumbo hasta que mueren en el mar. Ni la lluvia ni el frio podrían ocultar la felicidad que uno siente al pasear por la orilla de esta laguna que parece irreal.
Estuvimos cerca de una hora, solos, admirando y fotografiándolo todo, contemplando el movimiento de los témpanos de hielo. En ocasiones se pueden avistar focas nadando entre los icebergs.
Pero Jökulsárlón no es la única laguna de la zona, unos 10 km antes (viniendo de Vic) encontramos un desvío a mano izquierda que nos llevara hasta Fjallsalon, algo más pequeña que la anterior, pero que cuenta con la ventaja de poder ser visitada en soledad casi siempre.
Cambiarlo todo… nuestra mejor decisión
La lluvia era más intensa cada minuto que pasaba, recibimos un mail de la empresa con la que habíamos contratado el trekking por el Glaciar diciéndonos que debido a las condiciones meteorológicas no podríamos hacer la excursión al día siguiente. Así que nos juntamos todos, mapa en mano y decidimos cambiar la ruta del viaje… y ¡vaya acierto! El tiempo en el norte del país era, a priori, mucho mejor durante los siguientes tres días y luego mejoraría por el sur, así que optamos por cambiar el rumbo hacia al norte todo lo que pudiéramos y volver, una vez visitado, por el mismo camino para poder disfrutar del sur con un clima mas favorable.
De vuelta a la Ring Road, y con la decisión ya tomada, continuamos disfrutando de lo que las nieblas y la lluvia nos dejaban ver mientras recorríamos las lenguas glaciares del Vatnajokull. Unos kilómetros antes de llegar a Höfn encontramos un desvio que marcaba Flaajokull a 5 km, y ya sabemos todo lo que acaba en «jokull» significa laguna asi que decidimos hacer una parada. Tras recorrer la distancia marecada dejamos la caravana y subimos una pequeña pendiente y ante nosotros apareció otra inmensa laguna con icebergs.
De vuelta, y ya pasada la ciudad de Höfn, la carretera se bifurca marcando por un lado Eglistadir (donde teníamos pensado dormir) a 140 km por la Ring Road o 40 km por la 939, aunque eso si con un desnivel del 17% … y ¿que hicimos? Pues intentarlo, aunque poco nos duro la expedición ya que en una de las primeras cuestas la caravana comenzó a patinar, viendo que la cosa se ponía cada vez más complicada decidimos dar la vuelta, no sin dificultad ya que estábamos entre un cortado y un rio helado. De vuelta a la Ring Road (que según lo visto era como una de peaje aquí) conducimos hasta Eglistadir llegando ya bien entrada la noche, bastante cansados pero convencidos de haber tomado la decisión correcta.