La pequeña localidad de Marvao, situada al norte de la comarca del Alentejo en Portugal y a escasos kilómetros de la frontera con España, es uno de los pueblos más encantadores de nuestro país vecino. Marvao destaca por su emplazamiento, en el punto más alto de la Sierra de Sao Mamede, por la impresionante muralla que lo rodea y por espectacular castillo que preside todo el pueblo (una buena opción es combinar la visita a Marvao con su vecina Castelo de Vide, situada a menos de 20 minutos en coche).
La historia de Marvao se remonta a la época pre-romana, no en vano es fácil encontrar en esta zona dólmenes de gran valor como el Chromelet dos almendres, muy cerca de Évora y que pudimos visitar en un viaje anterior a Portugal. Durante la época musulmana, Marvao perteneció a la taifa de Badajoz, hasta que fue conquistado por el Rey Afonso I en 1160, incorporándose al reino de Portugal. Gracias a su posición estratégica, en lo alto de la colina y muy cerca de la Raya, ha sido testigo de numerosos enfrentamientos por lo que se la llego a tildar como “la plaza más inconquistable de todo el reino”.
La Raya o Raia es la frontera terrestre entre España y Portugal que con sus más de 1214 km de largo es la más larga entre dos países de la Unión Europea. Su forma se ha ido modelando a lo largo de los siglos con los tratados de Zamora en 1143, Badajoz en 1267 o Alcañices en 1297, aunque el trazado actual se fijó con el Tratado de Lisboa de 1864 y se complementó con el Acuerdo de Limites. El término de Raya, también se aplica a los pueblos, tanto españoles como portugueses, que comparten elementos históricos, culturales o económicos, así como dialectos propios y que se les conoce como rayanas. Históricamente se trata de pueblos que han sufrido un pasado convulso de conflictos y acuerdos, y que se suelen caracterizar por el gran número de elementos arquitectónicos de defensa.
Qué ver en Marvao
El centro de Marvao es, un su mayoría, peatonal por lo que es necesario dejar el vehículo fuera de la muralla, un buen sitio es junto al Convento de Nuestra Señora de la Estrela, levantado en el Sg. XV de estilo gótico. Para entrar en el casco historio cruzaremos la muralla que rodea Marvao por la Puerta de Rodao para caminar por sus calles de trazado medieval en las que el tiempo parece haberse detenido. Calles empinadas y estrechas, casas encaladas con balcones de hierro forjado y ventanas manuelinas, y rincones encantadores, se presentan mientras recorremos el corazón de Marvao camino a su parte más alta.
Podemos visitar las Iglesias de Santiago o la Iglesia del Espiritu Santo pero la parada más importante hay que hacerla en la Casa de la Cultura de Marvao, situada en un cruce de tres calles, se trata del edificio más antiguo del pueblo y frente a él se encuentra la plaza del Pelourinho o Plaza de la Villa.
Castillo de Marvao, la defensa de la Raya
Sin duda la visita estrella de Marvao es su Castillo, situado en la parta más alta de la colina y considerado Monumento Nacional desde 1922. La entrada para visitar esta impresionante fortificación cuesta 1.5€, la debemos comprar en la caseta de información que encontraremos justo al cruzar la primera puerta y el horario de visitas es de 9h – 17h, pero lo mejor es consultar su página web por si hay alguna modificación.
El Castillo de Marvao fue construido a finales del Sg. IX y en 1166 el Rey Afonso I lo conquistó incorporándolo al reino de Portugal. El castillo de Marvao, a lo largo de la historia, ha sufrido numerosas reconstrucciones y modificaciones y ha sido testigo de innumerables batallas.
Antes de entrar en el propio castillo merece hacer una parada en la cisterna (nada más pasar la entrada a mano derecha). Con sus 10 metros de alto y 46 de diámetro es una de las más grandes de Portugal. Fue utilizada como depósito para guardar agua y podía abastecer a la población de Marvao durante meses en épocas de asedio.
Durante la visita, podemos caminar por el patio central, subir a lo alto de la Torre del Homenaje o pasear por las murallas, desde donde tendremos unas vistas impresionantes de la zona, el propio premio Nobel portugués José Saramago en su libro “Viaje a Portugal” dijo desde la Torre del Castillo de Marvao: “– Cuan ancho es el mundo”.
A los pies del Castillo se puede visitar también la Iglesia de Santa María, convertida hoy en Museo Municipal y sus maravillosos jardines do largo de Santa María.
Donde comer en Marvao
Que en Portugal se come muy bien no es ningún secreto, y la región del Alentejo no es una excepción. Sus platos tradicionales tienen como base el cordero, el cerdo y las sopas son una de sus especialidades. Entre las recetas más conocidas esta la Açorda a lentejana, el cozido a Portuguesa a moda do Alentejo, el ensopado do borrego o las sopa de panela, beldroegas y toucinho. Recomendamos parar en alguno de estos tres restaurantes de Marvao: Varanda do Alentejo, O Castelo o el Restaurante Rei Dom Manuel.
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