Eslovenia cuenta tan solo con 47 kilómetros de costa, es la conocida como Istria eslovena, pero guarda autenticas joyas como la ciudad de Piran o Pirano, uno de los puntos más visitados del país. Enclavada en una pequeña península en el mar adriático, Piran destaca sobre todo por su arquitectura típicamente veneciana y es ideal para pasar un día si estamos recorriendo en el país.
Su nombre derivada del griego pyr que hace referencia a los fuegos que encendían sus habitantes para atraer a los barcos hasta el puerto de Aegida, la actual Koper. Posteriormente fue tomada por los romanos bajo el nombre de Piranum, aunque fueron los más de cinco siglos de ocupación veneciana los que han dejado una mayor huella en la ciudad que podemos visitar hoy.
Cómo llegar y moverse por Piran
Piran, formado por una manga de tierra que se adentra en el mar Adriático, se encuentra en la llamada Istria de Eslovenia, a escasos 40 kilómetros de la ciudad italiana de Trieste, y a unos 120 kilómetros de Liubliana, capital eslovena, por lo que es ideal para pasar un día desde cualquiera de ellas.
Prácticamente la totalidad de la ciudad tiene un tráfico restringido para los no-residentes, por lo que al llegar a Piran lo primero que hay que hacer es encontrar aparcamiento. Existen dos parking de pago en la ciudad: el parking Fornace a un kilómetro del centro, que es el más recomendable ya que desde allí podemos ir caminando o bien tomar alguno de los buses gratuitos que salen desde él; la otra opción es el parking Arce, a dos kilómetros del centro y que NO cuenta con bus de conexión aunque es algo más barato que el anterior está bastante lejos. Es importante tener en cuenta que durante los meses de julio y agosto, especialmente los fines de semana, la afluencia de turistas a Piran es muy alta, por ello es muy probable que tengamos problemas de aparcamiento incluso en los parkings.
Qué ver y hacer en Piran
La mejor manera de ver Piran es, sin duda, deambular por sus empinadas y estrechas callejuelas de pasajes abovedados y patios con apuntadas arcadas para descubrir sus encantos, entre el olor a ropa recién tendida, comida recién hecha y las voces eslovenas e italianas de sus habitantes.
Si bajamos caminando desde el parking, después de atravesar una pequeña playa de piedras y el puerto de Piran, llegamos hasta la que es el centro neurálgico de la ciudad: la Plaza Tartinijev Trg que con sus características casas de color pastel y su suelo de mármol es la imagen más típica de Piran.
Aquí encontramos, además de un gran número de bares y restaurantes donde relajarnos y refrescarnos del intenso calor que suele hacer en Piran en los meses de verano, las sedes de los tribunales y del Ayuntamiento en el que destaca el pórtico del Sg. XIX. En el centro de la plaza se erige la estatua del compositor y violinista Giuseppe Tartini, hijo predilecto de la ciudad. Además destacan la Iglesia de San Pedro, de 1818 y la Casa Tartini, donde nació el compositor y en cuya primera planta se exponen sus violines y anotaciones musicales. También encontramos la oficina de turismo.
Pero el edificio más representativo de la ciudad es la conocida como Casa Veneciana, al noroeste de la plaza, de estilo gótico y color rojo del Sg. XV y que según cuenta la leyenda vivió un rico comerciante veneciano junto a su joven amada y donde cansados de los cotilleos y habladurías del resto de vecinos dejo inscrito en latín “lassa pur dir”, “déjales que hablen”.
La otra gran plaza de la ciudad y que fue el centro de Piran hasta la Edad Media es la Trg 1 Maja, rodeada de edificios barrocos, como la antigua farmacia de la ciudad y una enorme cisterna donde se almacenaba el agua de la lluvia que caía de los tejados circundantes.
En esta misma plaza podemos comer unos exquisitos platos de pescado en Fritolin Pri Cantini a un precio incomparable.
Otro punto que no podemos perdernos es la Catedral de San Jorge, presente en toda Piran, situada en una colina y construida en estilo barroco a principios del Sg. XVII, se puede visitar el tesoro y las catacumbas a través del Museo de la Parroquia, pero el lugar más importante es el campanario, separado de la catedral y que fue construido en 1609 imitando al campanile de San Marcos de Venecia.
Merece la pena subir sus 46.5 metros para tener las mejores vistas de Piran, tanto a su plaza como al mar Adriático especialmente al atardecer.
Para completar la visita a Piran, lo mejor es acercase hasta su característica Punta, para ver su faro y la torre circular de la Iglesia de San Clemente.
Piran es, sin duda, la ciudad más bonita de la costa Eslovena.
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