Navarra cuenta con rincones de una naturaleza impresionante, zonas como el Pirineo Navarro o la Selva de Irati, dan muestra de ello. Pero también podemos encontrar uno de los desiertos más importantes y bellos de España: Las Bardenas Reales, un paraje semidesértico, lleno de curiosas formaciones rocosas como cabezos y mesetas que le dan un aire mágico a este fascinante lugar de más de 41 hectáreas declaradas Reserva Natural desde 1999 y Reserva de la Biosfera desde el 2000.
¿Cómo se formaron las Bardenas Reales? Durante miles de años el viento y el agua han ido erosionando la tierra, formada fundamentalmente por arenisca, arcilla y yesos. Su acción es la que ha modelado el terreno, y lo sigue haciendo, y la culpable de que podamos apreciar los cerros testigos, los cabezos, barrancos incluso chimeneas de hadas (como las que encontramos en la Capadocia), una especie columna cuya base, formada por materiales débiles han sido erosionados profundamente, mientras que las rocas de la cima son más resistentes y se mantienen.
Las Bardenas Reales, cómo podemos hacer la visita
Las Bardenas Reales se ubican en el sudeste de la provincia de Navarra, lindando con Aragón, en el centro del Valle del Ebro. Se divide en tres zonas: el Plano, el territorio más al norte ocupado en su mayoría por el cultivo de cereales; la Bardena Negra, la zona con más cobertura vegetal; y la Bardena Blanca, baja y alta. Esta última parte es la más conocida y visitada ya que ella se encuentran las formaciones más impresionantes.
Existen varias formas de conocer las Bardenas Reales; haciendo senderismo, existen varias rutas a pie que se pueden consultar en la web, en bicicleta BTT, con 10 caminos, y en coche, como lo hicimos nosotros.El punto de inicio de la visita es el Centro de Información ubicado en la NA 8712, en la carretera general del Parque. La localidad más cercana es Arguedas, situada a unos 8 kilómetros. En el centro encontraremos toda la información sobre la visita, rutas y usos de las Bardenas. La entrada es gratuita y está abierto desde las 8.00h de la mañana hasta una hora del anochecer, aunque lo mejor es consultar sus horarios en la web oficial.
Se trata de un recorrido circular, de unos 34 kilómetros, por una pista de tierra apta para todo tipo de vehículos a motor, paralela, en sus inicios al Campo de Tiro y que se puede recorrer en una hora y media o dos, dependiendo de las paradas y fotografías que hagamos. No es posible salir de los caminos marcados y la velocidad máxima es de 40 km por hora.
El paisaje inhóspito y lunar de las Bardenas Reales ha sido de un importante magnetismo para pintores, escritores y artistas de toda índole. El cine y la televisión no han estado al margen y series tan conocidas como “Juegos de Tronos” o películas como “Airbag” o el “Mundo nunca es suficiente” han grabado parte de sus escenas aquí además de varios westerns, no en vano su curiosa orografía recuerda al Monument Valley en Estados Unidos.Qué ver en las Bardenas Reales de Navarra
No cabe duda que las Bardenas Reales es uno de los paisajes áridos más espectaculares e importantes de la Península, pero no solo por sus formaciones geológicas sino también por su importancia a nivel económico y humano. Las Bardenas han estado habitadas desde la Edad de Bronce y han sido lugar de gran actividad ganadera y trashumante como puede apreciarse en los numerosos chozos hoy medio abandonados que encontramos en el recorrido y en épocas más presentes también para el cultivo de cereal y la pesca.
El origen y pertenencia de las Bardenas Reales es cuanto menos curioso. En su inicio, estas tierras eran Patrimonio de los Reyes de Navarra, pero a partir del Sg. IX, estos fueron concediendo el derecho de explotación a diversas poblaciones como agradecimiento por la lucha contra los musulmanes. Ya en 1705, se concedió el derecho único para gozar a perpetuidad a 22 entidades, denominadas “cogozantes” y que en la actualidad forman la Comunidad de Bardenas Reales y continúan siendo las únicas que pueden encargarse de su explotación.
A lo largo de la visita a la parte de las Bardenas Reales conocida como Bardenas blancas, encontraremos numerosos lugares donde parar y admirar su belleza, estos son los puntos más importantes qué ver:
Mirador de Aguilares
Mirador de Aguilares o mirador de la Bardena Blanca está situado a escasos metros del Centro de Visitantes, será la primera parada en la ruta. El lugar perfecto para ver las dimensiones del lugar y su grandeza, pues desde aquí se tiene una vista completa de toda la zona.
Los cerros Tres Hermanos
Los Tres Hermanos son tres cerros testigo creados, probablemente, por la erosión de una única meseta mucho más grande.
Cabezo de las Cortinillas
Es uno de los cerros más espectaculares y el único al que se puede subir a través de unas rudimentarias escaleras que nos llevaran a tener una de las mejores vistas al inhóspito paraje de las Bardenas.
Cabezo de Castildetierra
Cabezo de Castildetierra, sin duda el símbolo de las Bardenas Reales. Este cabezo singular y emblemático se ha formado por la erosión durante miles de años, se trata de un terreno arcilloso muy frágil por lo que está prohibido acceder a él o subir por sus laderas para evitar acelerar dicha erosión. Junto al Monumento de Castildetierra podemos encontrar una de las típicas cabañas de piedras que sirvieron de refugio a agricultores y ganaderos en el pasado.
Barranco de las Cortinas
Barranco de las Cortinas, se ubica junto al Cabezado de Castildetierra, y es uno de los lugares donde se puede hacer una pequeña ruta, de un par de kilómetros ida y vuelta, para tener otra visión de las Bardenas.
La Pisquerra, el corazón de las Bardenas Blancas
La Pisquerra es la parte más profunda de las Bardenas Blancas, un paisaje lunar guarida y tierra de bandedoleros. El más famoso de ellos fue Sanchicorrota, este prófugo era conocido como el “Robin Hood de las Bardenas”, que durante el siglo XV se convirtió en el azote de arrieros, diligencias y caravanas reales que atravesaban la zona. Cuenta la leyenda que Sanchicorrota construyo su guarida en una cueva en lo alto del collado que hoy lleva su nombre y desde allí organizaba los asaltos y atracos aunque esa misma cueva fue testigo de su detención y muerte.
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