Los viajes están hechos de experiencias, de momentos y sensaciones que se quedan grabados en la mente y sin duda, durante nuestro recorrido por Sri Lanka, hubo muchos de ellos. Como nos sucedió en la cima del Adam´s Peak, el viaje en tren desde Nuwara Eliya a Haputale cruzando las Tierras Altas cingalesas nos transporto a una realidad distinta y mágica.

En tren por las Tierras Altas de Sri Lanka, de Nuwara Eliya a Haputale

EN TREN POR LAS TIERRA ALTAS DE SRI LANKA

Después de la visita a la Fábrica de té de Mackwoods, nuestro conductor nos dejo en la estación de Nanu Oya a unos 9 kilómetros de Nuwara. Sobre las 14:00h y con unos 20 minutos de retraso, llego el tren. El billete a Haputale nos costó unas 40 rupias, en segunda clase. El tren iba lleno hasta los topes, mezclándose tanto locales, cargados con enormes bolsas de equipajes y comida, como turistas dispuestos a disfrutar de uno de los recorridos en tren más bonitos del mundo.

En tren por las Tierras Altas de Sri Lanka, de Nuwara Eliya a Haputale En tren por las Tierras Altas de Sri Lanka, de Nuwara Eliya a Haputale En tren por las Tierras Altas de Sri Lanka, de Nuwara Eliya a Haputale

Como no teníamos sitio donde sentarnos decidimos quedarnos entre vagones, donde las puertas están abiertas y así contemplar el paisaje; impresionantes campos de té en terrazas, bosques de eucaliptos, valles con pequeños poblados y, lo mejor, el continuo trasiego de trabajadores, mujeres y niños que suben y bajan en cada parada, así como decenas de personas cruzando las vías.

En tren por las Tierras Altas de Sri Lanka En tren por las Tierras Altas de Sri Lanka En tren por las Tierras Altas de Sri Lanka

En el interior del tren se sucedían los vendedores de bebida y comida; cacahuetes, galletas, refrescos… una larga lista de tentempiés que amenizan el ya, de por si solo, increíble trayecto.

Haputale, hogar de las Mujeres Tamil y cuna del mejor Té

En algo menos de dos horas llegamos a la estación de Haputale, nada más bajarnos nos vemos rodeados de personas que nos ofrecen transporte, hoteles y excursiones. Ante el agobio decidimos pasar de todos ellos y avanzar un poco hasta el pueblo para buscar con tranquilidad donde dormir y al final encontramos alojamiento a buen precio en el High Cliffe Hotel, 14€ la habitación doble.

Haputale, Sri LankaHaputale, Sri Lanka Haputale, Sri Lanka

Nos adentramos por lo que parecía la calle principal, parando en varios puestos para comprar algo de comer y, como si nos siguiera, apareció el recepcionista del Hotel donde nos habiamos alojado que, muy amablamemte, nos ofreció a llevarnos hasta donde trabajan las mujeres tamil que vuelven sobre estas horas de los campos de té. Sin dudarlo le acompañamos y salimos a las afueras de la ciudad.

Haputale, Sri Lanka

No tardamos en llegar a una zona de recogida y pesado, donde más de una decena de mujeres iban volcando enormes sacos cargados de hojas de té. Pedimos permiso para acercarnos a ellas y fotografiarlas, intentamos preguntarles cosas sobre su duro trabajo pero comunicarse con ellas es casi imposible si no se conoce su lengua y nadie nos quiso traducir.

Mujeres Tamil en Haputale, Sri Lanka Mujeres Tamil en Haputale, Sri Lanka

De vuelta al pueblo pasamos de nuevo por el mercado que estaba a punto de cerrar pero incluso a estas horas es un lugar animado, repleto de puestos de especias, frutas y verduras.

Haputale, Sri Lanka Haputale, Sri Lanka

Haputale nos está encantando, el ambiente es muy tranquilo y la temperatura perfecta, por lo que decidimos continuar andando por los alrededores. Nos paramos a ver un grupo de chavales jugar al criquet y nos invitaron a seguirles y jugar con ellos.

Haputale, Sri Lanka

Visitamos el mirador de Lipton´s Tea y los campos de té de las Tierras Altas de Sri Lanka

Algo que nos sorprendió de Haputale es la mezcla de religiones que conviven aparentemente en armonía, sirvan de ejemplo las oraciones procedentes de una mezquita cercan al Hotel que sonaban entre templos y representaciones budistas, igual Haputale debería ser un ejemplo a seguir. La noche anterior habíamos acordado con el hotel el transporte para todo el día: queríamos subir en primer lugar al Lipton´s Tea parando en las plantaciones hasta llegar al Parque Nacional de Yala, parando por el camino en las Ramboda Falls y los budas de Buduruwalaga.

Campos de té cercanos a Haputale

En varias guías habíamos leído que ver amanecer en el mirador de Lipton´s Te merecía mucho la pena, al final decidimos no subir tan temprano ya que dudábamos que pudiera superar el amanecer en el Pico de Adam, y acertamos, porque las nubes y la niebla taparon todas la colinas y campos.

Subiendo al mirador de Lipton´s Te

El mirador se encuentra a unos 7 kilómetros de Haputale y está rodeado de impresionantes campos de té, la niebla que se iba haciendo cada vez más espesa mientras ascendíamos. Llegamos a la cima de la colina y, como ya imaginábamos, no se veía nada de nada. Por lo que nos tuvimos que conformar con dar una vuelta por el mirador y hacernos algunas fotos.

Mirador de Lipton´s Te envuelto en la niebla

La niebla desapareció pero decidimos volver hacia el pueblo para poner rumbo a nuestro siguiente destino pero, a mitad de camino, pedimos a nuestro conductor que parase junto a un grupo de mujeres,  había como unas veinte, que estaban recolectando té. Esta fue la vez que más cerca podiamos ver el duro trabajo de estas mujeres tamil en los campos de té.

Sri Lanka es el mayor exportador de té del mundo, que es recogido en su mayoría por mujeres de la etnia tamil, que ataviadas con vistosas ropas recolectan unos 20 kilos de hojas de Té diarias que depositan en unas enormes cestas que portan a sus espaldas (por menos de dos euros al día).

Mujer de la etnia Tamil Mujer de la etnia Tamil Mujer de la etnia Tamil

Es alucinante ver con qué rapidez y destreza seleccionan solo las hojas tiernas y separan las que no valen para el té, dejando estas para que la planta continue creciendo.

Ramboda Falls

Con esta visita pusimos rumbo a la que sería nuestra siguiente parada, el Parque Nacional de Yala, al sur de la isla, pero antes nos quedaban por ver dos lugares importantes. La primera parada la hicimos bajo una incesante lluvia en las Ramboda Falls, apenas pudimos disfrutar y mucho menos realizar el pequeño paseo que te lleva hasta la cima.

Ramboda Falls

Budas de Buduruwalaga

Según avanzábamos hacia el sur, el tiempo mejoraba, por lo que tomamos el desvío hacia Buduruwalaga, pagamos las 400 rupias de la entrada, y durante medio kilómetro caminamos hasta las impresionantes y centenarias rocas talladas con imágenes de Buda, una de ellas de más de 4 metros de altura. Un lugar increíble.

Budas de Buduruwalaga Budas de Buduruwalaga Budas de Buduruwalaga



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