Adam´s peak, subiendo al Pico de Adán en Sri Lanka

La peregrinación al Adam´s Peak es algo que muy pocos visitantes hacen en su viaje por Sri Lanka, bien porque no han oído hablar de ella (no es un habitual dentro de los circuitos por la isla) o bien, porque al ver en lo que consiste, lo descartan por su enorme dureza. Y si, no nos vamos a engañar, subir los 5.200 escalones que nos separan de la cima del monte no es un paseo, mirar las comparaciones: el Empire State tiene 1.860 escalones, las Torres Petronas tienen 2.170, el Burj Khalifa (edificio más alto del mundo) tiene 2.909…

Para nosotros la peregrinación fue uno de los momentos más especiales e intensos del viaje por la antigua Ceilán además de un reto personal, por lo que, sin duda, lo recomendaríamos a cualquiera que quisiera tomar el verdadero pulso de este país. Pero empecemos poco a poco, ¿Qué es esto del Pico de Adán? y porque es el punto de peregrinación más importante de todo Sri Lanka?

QUÉ ES EL ADM´S PEAK O PICO DE ADÁN

El nombre real de esta montaña es Sri Pada y tiene una altura de 2243 metros, es el mayor lugar de peregrinación del país ya que en la cima de la montaña se encuentra la “huella” de un pie humano que para los budistas es la huella de Buda, para los musulmanes pertenece a Adán, para los cristianos es del apóstol Santo Tomas y para los hinduistas del Dios Shiva. 

Con esta leyenda tan notable para todas las religiones presentes en el país es comprensible que sea el peregrinaje más importante de Sri Lanka, sobre todo para los budistas que acuden a miles entre Diciembre y Mayo. Diariamente ascienden cientos de peregrinos a los que hay que sumar los, cada vez más presentes, turistas, en busca de un único objetivo: ver amanecer en la cima, momento en el que se contempla la sombra de la montaña sobre la llanura, formando un triangulo casi perfecto.

El contraste entre peregrinos y turistas es enorme, llama la atención la agilidad con la que suben ancianos, mujeres y hombres cargados con uno o varios bebes, además de aquellos que viven de la montaña,  transportando todo tipo de mercancías a los puestos que hay a lo largo del camino entre los muy cansados turistas.

Adam´s Peak, cómo hacer la ascensión

Como ya hemos dicho, el objetivo de la subida al Sri Pada, sobre todo para los que no somos creyentes, es ver amanecer en la cima por lo que la ascensión se hace durante la noche. Lo normal es haber llegado la tarde anterior a la localidad de  Nallathanniya en la falda de la montaña. Nosotros llegamos desde Kandy ese mismo día y nos alojamos en el Wathsala inn, en la misma carretera, tiene habitaciones muy básicas con ducha y, al menos en las nuestras, no notamos el agua caliente. Cuenta con un restaurante donde cenamos y el desayuno está incluido.

A las 3 de la madrugada estamos preparados para salir y todos tenemos en la cabeza los relatos de otros viajeros que hablan de la dureza de la ascensión y, sobretodo, de los 5200 escalones y casi 8 kilómetros de subida.

Bien abrigados y medio dormidos, pasamos por los primeros puestos de comida y llegamos hasta lo que sería la “puerta de acceso», donde un monje nos pide una ofrenda para poder continuar y tras ponernos un hilo blanco en la muñeca, signo del inicio del peregrinaje, empezamos la ascensión. Las primeras escaleras son muy espaciadas y poco empinadas lo que hace pensar que esto esta “chupao” y que la gente exagera por los blogs. Pero no, a los dos kilómetros la cosa se complica, los escalones se hacen más empinados y continuos, las luces que iluminan todo el camino hasta la cima parecen alejarse a cada paso que damos y aunque las vistas cada vez son más increíbles los continuos escalones hacen que poco a poco las olvides.

El ascenso continua mientras vemos como personas descalzas y que nos duplican la edad nos adelantan por ambos lados… los animos pasan de unos a otros en intentos desesperados para evitar que a alguno le entraran ganas de abandonar. A un kilómetro de la cima, justo donde se encuentra el último puesto de bebidas, comienza el peor de los tramos… en esta parte, conocida como Mahagiridamba (subida a la gran roca), las escaleras, de casi medio metro de altura, se vuelven mucho más empinadas y duras, pero han tenido la consideración de poner un pasamanos para poder agarrarte. Movidos ya solo por el orgullo, las piernas no responden, conseguimos alcanzar la cima. Aun es de noche y el frio es muy intenso.

El amanecer se acerca y los que hemos llegado a la cima nos amontonamos para conseguir el mejor sitio para poder verlo. El ambiente que se respira es increíble, místico, aunque no te mueva la fé, el momento mágico en el que el sol aparece, y suenan las campanas y los canticos de los allí presentes, es algo que no olvidaremos jamás y que compensa y con crecer el esfuerzo anterior.

Y allí estaba, la foto que habíamos venido a buscar, la sombra del Sri Pada proyectada en el enorme valle, como un fantasma que aparece solo a una determinada hora, una leyenda que se había hecho realidad aunque, como en todas las leyendas, la historia tiene moraleja y la nuestra fue que sin quererlo nos dejamos atrapar por lo que significa esta peregrinación y este monte sagrado, marcando nuestros corazones en un día que jamas olvidaremos.

Recorrimos de nuevo el templo, apreciando el precioso valle y las plantaciones de té que ahora si podemos ver y, como todos, nos acercamos a tocar la campana. Se supone que se hace sonar tantas veces como se haya completado la ascensión… ¡¡hasta veinte veces la toco el monje de la foto!!

Felices y orgullosos de haberlo logrado empezamos a descender, sin saber que la bajada es tan dura o más que la subida (donde se ha visto que se tarde lo mismo en subir que en bajar una montaña), lo único bueno es que se puede ir disfrutando de las maravillosas vistas.

Casi a las 10 de la mañana llegamos al hotel, disfrutamos de un rico desayuno, ducha de agua fría y de nuevo en camino, esta vez hacia Nuwara Eliya con nuestro conductor que nos estaba esperando desde la noche anterior. Las agujetas duraron al menos tres días, pero la satisfacción personal y el momento mágico del amanecer no se borrara nunca.