Pekín, también conocida como Beijing, es la vibrante capital de China y un destino imprescindible en cualquier viaje al gigante asiático. Su nombre, que significa literalmente “capital del norte”, refleja su importancia histórica, ya que ha sido el epicentro del poder durante siglos. Esta ciudad milenaria ofrece una combinación única entre la China más auténtica, con su legado imperial y tradiciones ancestrales, y la modernidad de una metrópoli con imponentes rascacielos y un ritmo de vida frenético. Aunque sus más de 20 millones de habitantes, el tráfico caótico y la contaminación pueden asustar de primeras, hemos de decir que nada de esto hemos visto nosotros. Pekín es una ciudad limpia, ordenada y moderna repleta de innumerables atractivos fascinantes.

Para aprovechar al máximo tu visita, lo ideal es dedicar al menos 3 días en Pekín para recorrer sus principales monumentos y templos, y reservar un día extra para explorar la Gran Muralla China, uno de los mayores tesoros del país. Sigue leyendo y descubre los lugares imprescindibles que ver en Pekín, desde palacios imperiales hasta templos históricos y barrios tradicionales que te transportarán al corazón de la cultura china.

10 IMPRESCINDIBLES QUÉ VER EN PEKÍN

La Ciudad Prohibida: el corazón imperial de Pekín

Si hay un lugar imprescindible que ver en Pekín, ese es sin duda la Ciudad Prohibida, el antiguo Palacio Imperial que durante más de 500 años fue la residencia de los emperadores de las dinastías Ming y Qing. Construido en el siglo XV, este imponente complejo, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, es una joya arquitectónica rodeada por una muralla de casi 8 kilómetros de longitud, diseñada para proteger los secretos del poder imperial.

La Ciudad Prohibida es el mayor conjunto de estructuras de madera del mundo y alberga un total de 980 edificios y más de 8.000 estancias, donde se conservan alrededor de 1,8 millones de objetos históricos de incalculable valor. Entre sus tesoros destacan cerámicas, esculturas, manuscritos y pinturas que narran la historia de la antigua China. Este majestuoso recinto permaneció inaccesible al público hasta 1949, cuando se convirtió en museo, permitiendo que visitantes de todo el mundo puedan recorrer sus enormes patios y palacios.

A pesar de recibir más de 40.000 visitantes diarios, pasear por la Ciudad Prohibida sigue siendo una experiencia única. Su atmósfera evocadora te transportará a tiempos pasados, recordando escenas de la legendaria película «El último emperador«.

Entradas y acceso a la Ciudad Prohibida

El acceso a la Ciudad Prohibida se hace por la Puerta Sur donde se suelen formar largas colas ademas de que las medidas de seguridad para acceder a su interior son enormes. Hay que tener en cuenta de que se trata del lugar más visitado de todo Pekín y las entradas se agotan rápidamente. No se venden entradas para el mismo día y para asegurar que podrás visitarlo lo mejor es comprarlas con antelación desde su PÁGINA OFICIAL donde se ponen a la venta con una semana de antelación a las 20:00h de Pekín, te en cuenta que tendrás que registrarte con tu pasaporte para la compra de las entradas. Existen dos turnos de entrada mañana y tarde (se puede acceder a parir de las 11h) ¡no tardes en comprarlas!

Precios y horarios

Del 1 de abril al 31 de octubre el Museo del Palacio, como también se le conoce, permanece abierto de 8:30h a 17h, siendo la última entrada a las 16h, mientras que el resto del año, temporada baja, el cierre es a las 16:30h. El precio actual de la entrada es de 60CNY, siendo gratuita para menores de 1.20 metros y con descuentos para niños y mayores de 60 años. ¡IMPORTANTE! La Ciudad Prohibida cierra los lunes, tenerlo en cuenta a la hora de programar vuestra estancia en la ciudad.

Templo del Cielo: el templo más fotogénico de Pekín

Si la Ciudad Prohibida es el lugar más visitado de Pekín, el Templo del Cielo es, sin duda, uno de los más impresionantes y fotogénicos que ver en la capital de China. Construido en 1420, este complejo religioso fue utilizado por los emperadores de las dinastías Ming y Qing para realizar ceremonias en las que pedían y agradecían las buenas cosechas. El Templo del Cielo no es un solo edificio, sino un conjunto de templos, siendo el más emblemático el Salón de la Oración por las Buenas Cosechas (Qi Nian Dian). Su estructura circular de 30 metros de diámetro y 38 metros de altura, sostenida por columnas de madera, está dividida en tres niveles coronados por un techo azul de triple tejado con remates dorados. Su diseño, basado en la cosmovisión china, representa la conexión entre el cielo y la tierra.

Templo del Cielo: el templo más fotogénico de Pekín. Otro imprescindible qué ver

Además del edificio principal, no puedes dejar de visitar el Altar Circular, donde se realizaban sacrificios rituales, la Bóveda Imperial del Cielo, y el Salón de la Abstinencia, donde los emperadores ayunaban antes de las ceremonias sagradas. Este complejo, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, es un imprescindible en cualquier itinerario por Pekín, tanto por su valor histórico como por la belleza de su arquitectura y su entorno, perfecto para pasear y tomar fotografías espectaculares.

Precios y horarios del Templo del Cielo

El Templo del Cielo se encuentra dentro del Parque Tiantan Gongyuan, un lugar ideal para observar la vida cotidiana de los habitantes de Pekín. El parque abre todos los días de 6:00 a 22:00, aunque el acceso al templo solo está disponible de martes a domingo, de 8:00 a 17:30. La entrada general cuesta 35 CNY, con descuentos para niños y personas mayores de 60 años.

Palacio de Verano: un oasis a las afueras de Pekín

A solo 12 kilómetros del centro de Pekín, y fácilmente accesible en metro, se encuentra uno de los lugares imprescindibles que visitar en la ciudad: el Palacio de Verano. Construido en 1750 por orden del emperador Qianlong, este complejo sirvió como residencia de verano de la familia imperial para escapar del calor sofocante de la capital. Su importancia histórica y su belleza arquitectónica le han valido el reconocimiento como Patrimonio de la Humanidad.

Ubicado junto al lago Kunming, un lago artificial con una curiosa forma de melocotón, el Palacio de Verano se extiende sobre un parque de 300 hectáreas. En su interior alberga un sinfín de pagodas, teatros, muelles y pabellones, muchos de los cuales fueron restaurados en 1899 por la emperatriz Cixi, tras los daños sufridos durante la Segunda Guerra del Opio.

Qué ver en el Palacio de Verano

Las mejores zonas del Palacio de Verano se encuentran alrededor del lago Kunming y en la Colina de la Longevidad. Algunos de los rincones más impresionantes que no te puedes perder son:

  • El Gran Corredor: un pasillo techado de 750 metros, diseñado para que la emperatriz paseara protegida de la lluvia o el sol. Lo más espectacular (si cabe) son las 14.000 pinturas en el techo, que narran la historia de China.
  • Barco de Mármol: un imponente barco de piedra y cristal, utilizado para fiestas imperiales. Desde aquí, puedes acercarte al muelle y tomar una de las barcas que recorren el lago.
  • Puente de los Diecisiete Arcos: con 150 metros de longitud, este puente conecta el Palacio con la Isla Nantu. Está decorado con 540 esculturas de leones.
  • Jardín de la Virtud y la Armonía: un elegante pabellón de tres pisos, diseñado para albergar representaciones teatrales.
  • Torre de la Fragancia de Buda: situada en la cima de una colina, ofrece las mejores vistas panorámicas del lago y del Palacio de Verano.
  • Calle Suzhou: una pintoresca calle comercial dentro del complejo, que recrea el ambiente de la antigua ciudad de Suzhou.

El Palacio de Verano es un lugar imprescindible en cualquier itinerario por Pekín, perfecto para pasear, admirar su arquitectura y disfrutar de un entorno natural único.

Cómo llegar, precios y horarios del Palacio de Verano

Para llegar al Palacio de Verano tienes que usar la línea 4 de metro y bajar en la estación Beigongmen y tomar la salida C, para acceder por la entrada norte, o bajar la estación de Xiyuan, para entrar por el acceso oeste. El Palacio de Verano permanece abierto de 6:30 a 18:00 en verano, hasta el 31 de octubre mientras que el horario de invierno, del 1 de noviembre al 31 de marzo e de 7:00 a 17:00h. El precio de la entrada es 30 CNY.

Plaza de Tiananmen: el espíritu político y cultural de Pekín

La Plaza de Tiananmen es uno de los grandes símbolos de Pekín y ha sido testigo de algunos de los momentos más trascendentales de la historia de China. Con 880 metros de largo, 500 metros de ancho y una superficie de más de 440.000 metros cuadrados, es la plaza pública más grande del mundo. Construida en 1949, su objetivo era convertirse en el epicentro político y geográfico de la República Popular China. Desde entonces, ha sido escenario de eventos clave como la proclamación de la República por Mao Zedong y las protestas de 1989 en las que murieron cientos de manifestantes y que culminaron con la declaración de la Ley Marcial.

Uno de los lugares más emblemáticos es la Puerta de Tiananmen, situada al norte de la plaza, que da acceso a la Ciudad Prohibida y es la estructura que le da nombre. En el centro se encuentra el Mausoleo de Mao Zedong, donde se conserva el cuerpo embalsamado del líder chino. Muy cerca se alza el Monumento a los Héroes del Pueblo, un obelisco de 38 metros de altura en honor a quienes lucharon por la independencia y la revolución china. En los extremos de la plaza destacan edificios de gran importancia histórica y cultural. En el sur se ubica la Torre Qianmen, que alberga el Museo de Historia de China. Hacia el este, el Museo Nacional de China expone una de las colecciones más extensas sobre la historia y el arte del país. Al oeste, el Gran Palacio del Pueblo es la sede de la Asamblea Popular Nacional, donde se celebran los principales eventos políticos de China.

Visitar la Plaza de Tiananmen es una experiencia imprescindible para comprender la historia y la política de Pekín. Su magnitud y simbolismo la convierten en un punto clave en cualquier recorrido por la ciudad.

Cómo visitar la Plaza de Tiananmen

La entrada a la plaza es gratuita pero para acceder es necesario registrarse y sacar las entradas o bien desde la aplicación de WeChat o su página oficial y está abierta a diario de 5:00  a 22:00h. Las medidas de seguridad para acceder a la Plaza Tiananmen son muy exhaustivas, tenerlo en cuenta para no llevar nada “prohibido” porque van a mirar absolutamente todo lo que tengas en la mochila.

Templo de los Lamas: el monasterio budista tibetano más importante de Pekín

El Templo de los Lamas (Lama Temple o Yonghe Gong) es el monasterio budista tibetano más importante fuera del Tíbet y uno de los templos más impresionantes que ver en Pekín. Construido en 1694, en sus inicios fue la residencia de los eunucos de la Corte Imperial, pero en 1722 se reconvirtió en templo y, desde entonces, sigue habitado por monjes mongoles dedicados al estudio y la enseñanza del budismo tibetano.

Este templo budista es un importante lugar de culto donde cientos de feligreses encienden varillas de incienso, inundando el ambiente con un aroma característico y una atmósfera de espiritualidad única. Sus pabellones y salones albergan auténticas joyas arquitectónicas y artísticas que lo convierten en una visita imprescindible en la ciudad.

Entre los edificios más destacados se encuentra el Falun Dian, la sala principal donde los monjes realizan sus ceremonias. También merece una visita el Pabellón Wanfu Ge, que alberga una de las piezas más impactantes del templo: la estatua de Maitreya, un Buda de 18 metros de altura tallado en una sola pieza de madera de sándalo.

El Templo de los Lamas está abierto todos los días de 9:00 a 16:00 h, y el precio de la entrada es de 25 CNY, con descuentos disponibles para niños y personas mayores de 60 años.

Parque Jingshan o Colina del Carbón: las mejores vistas de Pekín

El Parque Jingshan, también conocido como la Colina del Carbón, es uno de los parques más bonitos y visitados de Pekín. Ubicado justo al norte de la Ciudad Prohibida, es un lugar perfecto para relajarse tras recorrer el Palacio Imperial. Te recomendamos visitarlo al atardecer, cuando las vistas desde su cima ofrecen una panorámica espectacular de la ciudad.

Con más de 1.000 años de historia, este parque destaca por su espesa vegetación, que crea un oasis de tranquilidad en pleno centro de Pekín. En su interior se encuentra una colina artificial de 45,7 metros de altura, construida alrededor del año 1400 por orden del emperador Yongle, utilizando la tierra extraída para excavar los fosos de la Ciudad Prohibida. Aunque en el parque hay varios pabellones dispersos, el más importante es el Pabellón Wancheng, situado en la cima de la colina. Desde aquí se obtiene una de las mejores vistas de Pekín, con una panorámica inigualable de la Ciudad Prohibida y los modernos rascacielos que se alzan en el horizonte.

Torre de la Campana y Torre del Tambor

Las Torres del Tambor y de la Campana son dos de los monumentos más emblemáticos de la Pekín antigua. Ubicadas frente a frente en uno de los hutongs más famosos de la ciudad, estas torres fueron construidas en el siglo XIII y han servido durante siglos como instrumentos para marcar el paso del tiempo.

Desde la época de la Dinastía Han, el amanecer se anunciaba con el repicar de la campana, mientras que el atardecer llegaba con el sonido del tambor. La Torre del Tambor, con 47 metros de altura y una estructura de madera, alberga en su interior 25 tambores que en su día marcaban las horas del día. Tras la caída del último emperador, dejaron de utilizarse, pero hoy en día se pueden ver recreaciones de los toques tradicionales.

A menos de 100 metros, se encuentra la Torre de la Campana, un edificio de piedra de 48 metros de altura. En su segunda planta se exhibe una enorme campana de bronce de 7 metros de altura y 63 toneladas de peso, cuyo sonido podía escucharse hasta 20 kilómetros a la redonda. Esta campana marcó la llegada de las 7 de la tarde hasta el año 1924, convirtiéndose en un símbolo de la historia de Pekín. Visitar ambas torres no solo permite conocer su función histórica, sino también disfrutar de unas excelentes vistas de los hutongs y el casco antiguo de Pekín. El precio de la entrada es de 30CNY y está abierta de 9:00 a 17:30h.

Los hutongs de Pekín

Los hutongs son las callejuelas que forman los barrios más tradicionales del casco antiguo. Construidos durante las dinastías Yuan, Ming y Qing, estos laberínticos pasajes están rodeados de casas con una estructura particular: viviendas organizadas en torno a un patio cuadrado, donde las familias compartían espacios comunes, incluyendo baños comunitarios.

Recorrer al menos uno de estos barrios es una de las experiencias más auténticas que se pueden vivir en Pekín, ya que permite conocer la vida local y sumergirse en la historia de la ciudad. Sin embargo, es fácil perderse en sus estrechas calles, por lo que conviene explorarlos con calma. Sin duda un imprescindible que no debe faltar en cualquier visita a la ciudad.

Lamentablemente, muchos hutongs han desaparecido en las últimas décadas debido a la modernización y a la remodelación urbana por los Juegos Olímpicos de 2008. Aun así, algunos siguen en pie y conservan su esencia original. Estos son algunos de los más interesantes para visitar:

  • Hutongs de Jinsi Tao: Considerado uno de los hutongs más antiguos de Pekín, Jinsi Tao destaca por su autenticidad y por albergar el Templo Junghai, un pequeño pero interesante santuario budista. Sus callejuelas estrechas, flanqueadas por casas tradicionales de techos bajos, transportan a otra época, permitiendo imaginar la vida en la antigua China.
  • Hutongs entre las Torres del Tambor y la Campana y el Lago Shichahai: Estas calles combinan la tradición con una vibrante vida local: aquí se pueden encontrar pequeños restaurantes, tiendas de té y artesanos que mantienen oficios centenarios. Al caer la tarde, la cercanía del Lago Shichahai lo convierte en un lugar ideal para relajarse después de explorar los alrededores.
  • Hutongs de Qianmen: Ubicados cerca de la Plaza de Tiananmen, los hutongs de Qianmen han logrado resistir la modernización y todavía conservan su estructura original. Son un punto de encuentro entre el pasado y el presente, con antiguas residencias convertidas en cafés, tiendas y pequeños hoteles boutique. Pasear por estas calles permite conocer la evolución de Pekín, donde lo tradicional y lo moderno conviven en perfecta armonía.

Explorar los hutongs es una forma única de descubrir el lado más auténtico de Pekín, alejado de los rascacielos y las grandes avenidas, y entender cómo era la vida cotidiana en la capital china hace siglos.

Disfrutar de la gastronomía China y Pekinesa

La gastronomía China es una de las más reconocidas y variadas del mundo, ofreciendo una experiencia culinaria que va más allá de lo que comúnmente se conoce como «comida china«. El plato más emblemático es el pato pekinés o pato laqueado a la pekinesa, cuya preparación se remonta a 1416 en la zona de Qianmen. Este manjar se caracteriza por su piel crujiente y carne jugosa, servido tradicionalmente con crepes finas, salsa hoisin, cebollinos y pepino.

Además del famoso pato, la cocina pekinesa ofrece una variedad de platos que deleitan el paladar. Entre ellos destacan las dim sum, pequeñas empanadillas al vapor rellenas de carne o vegetales; la sopa agridulce picante, una combinación equilibrada de sabores intensos; y el pollo Kung Pao, un salteado de pollo con cacahuetes y vegetales en una salsa ligeramente picante.

Para sumergirse en la auténtica escena gastronómica de Pekín, es recomendable explorar las zonas más animadas de la ciudad. Una de ellas es el lago Qianhai, especialmente vibrante durante la noche. Este distrito está repleto de bares, restaurantes y puestos de comida callejera, ofreciendo un ambiente perfecto para relajarse después de un día de exploración.

DOS RECOMENDACIONES

  • Quanjude Roast Duck Restaurant: Fundado en 1864, Quanjude es uno de los restaurantes más emblemáticos de Pekín, famoso por su pato laqueado preparado según técnicas tradicionales. Ofrece una experiencia culinaria auténtica en un ambiente histórico. El restaurante principal se encuentra en la calle Qianmen, número 30, y ha sido proveedor real de los últimos emperadores chinos. Además del pato, su extenso menú incluye una variedad de platos tradicionales pekineses. Es recomendable realizar una reserva previa debido a su popularidad.
  • Beijing Dadong Roast Duck Restaurant: Conocido por su enfoque innovador, Da Dong combina la tradición del pato laqueado con técnicas culinarias modernas, ofreciendo una versión más ligera y crujiente del clásico plato pekinés. El restaurante está ubicado en el distrito de Dongcheng, en el número 22 de Dongsishitiao. Además del pato, su menú presenta una fusión de sabores contemporáneos y tradicionales, destacando por su presentación artística. El ambiente es elegante y moderno, proporcionando una experiencia gastronómica única.

La Gran Muralla China

No podemos hablar de los imprescindibles que ver en Pekín sin mencionar la Gran Muralla China, una de las 7 Maravillas del Mundo y una visita obligatoria en cualquier viaje a China. Esta impresionante obra de ingeniería fue construida entre los siglos XV y XVI por la Dinastía Ming con el propósito de defenderse de los ataques mongoles. A lo largo de sus más de 21.000 km, atraviesa montañas, valles y desiertos, pero los mejores tramos para visitarla se encuentran cerca de Pekín y pueden explorarse en una excursión de un día.

Los tres tramos más populares son:

  • Badaling: A solo una hora y media de Pekín, es la sección más visitada debido a su fácil acceso y restauración, lo que la hace ideal para quienes buscan un recorrido cómodo. Sin embargo, suele estar abarrotada de turistas, especialmente en temporada alta.
  • Mutianyu: A menos de dos horas de la capital, es una excelente alternativa a Badaling, con menos afluencia de visitantes y un entorno espectacular. Sus torres de vigilancia bien conservadas y la posibilidad de descender en tobogán la convierten en una de las mejores opciones para explorar la muralla. Nosotros elegimos esta sección y la recomendamos sin dudarlo.
  • Jinshanling: A 130 km de Pekín, es la mejor opción para quienes buscan una experiencia más auténtica y aventurera. Este tramo combina zonas restauradas con secciones originales en ruinas, ofreciendo una perspectiva única de la muralla en su estado más salvaje. Es ideal para quienes disfrutan del senderismo y disponen de más tiempo.

Visitar la Gran Muralla es una de esas experiencias que se quedan grabadas en la memoria, y elegir el tramo adecuado marcará la diferencia en tu aventura. Os dejamos el articulo que dedicamos a la Gran Muralla China, con un montón de consejos para organizar la visita, ideas y opciones.



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