Anento, un pequeño pueblo de la provincia de Zaragoza (Aragón), ha pasado del olvido y la casi despoblación, a entrar en el listado de “Pueblos más bonitos de España” desde el año 2015. Gracias a una magnífica labor de rehabilitación, Anento ha vuelto a disfrutar del esplendor de antaño y sacar partido del tan en alza turismo de interior, sabiendo mantener un equilibrio perfecto entre su arquitectura y el maravilloso entorno natural donde el «Aguallueve«.
Pasear por Anento es una delicia, entre paso y paso podremos ver y disfrutar de un castillo medieval, calles estrechas y empedradas, numerosos rincones con encanto y lugares tan sorprendentes como el conocido “Aguallueve”, un manantial que desliza su agua por enormes paredes kársticas.
Cómo llegar a Anento
Anento pertenece a la provincia de Zaragoza, aunque está justo en el límite con la provincia de Teruel. En concreto forma parte de la llamada Comarca de Campos de Daroca, cuya cabecera se encuentra en la propia localidad de Daroca a poco más de 20 km y que, junto con las lagunas de Gallocanta, es otro de los lugares imprescindibles si estamos de visita en la zona.
… desde Zaragoza
Para llegar a Anento desde Zaragoza, basta con tomar la A-23 (Autovía Mudéjar) en sentido Teruel, hasta la salida 206 de Lechón/Anento. Desde allí seguimos por la A-2510 hasta el propio pueblo de Lechón, desde donde tenemos que tomar el primer cruce a la derecha por la carretera cv-927 que nos llevara al mismo pueblo de Anento. En total unos 80 km que se recorren en algo menos de una hora.
… desde Madrid
Desde Madrid, la manera más rápida y cómoda es tomar la A-2 sentido Zaragoza hasta la salida 233 para continuar por la N-234 en hacia Daroca/Teruel hasta encontrar el desvío para Anento. El recorrido se puede realizar en unas tres horas de viaje.
En la entrada del pueblo se ha habilitado un parking de pago (tarifa única de 2€) y cuyo ticket se paga en la Oficina de Turismo donde además podremos obtener toda la información sobre el pueblo y mapas de los itinerarios recomendados.El pueblo cuenta también con un bar y dos casas rurales donde poder alojarnos para disfrutar por más tiempo de la zona.
Qué ver y hacer en Anento
El casco urbano de Anento, de origen medieval, cuenta con un entramado de estrechas y empinadas callejuelas en las que el tiempo parece haberse detenido. Todas sus casas y edificaciones han sido perfectamente restauradas siguiendo la arquitectura típica de la zona, por lo que la mejor forma de disfrutarlo es perdiéndose por sus calles, descubriendo sus numerosos rincones.
No podemos dejar de visitar la Iglesia de San Blas del Sg. XII. A su exterior, de estilo románico, se le añadió con posterioridad un pórtico gótico, pero lo que realmente destaca de ella está en el interior, pues el retablo mayor de la iglesia, obra de Blasco de Grañen, está considerado una obra maestra y uno de los retablos góticos de mayores dimensiones e importancia de todo Aragón. En la actualidad solo se puede visitar de miércoles a domingo a las 12.30h y para ello hay que apuntarse en la Oficina de Turismo, el precio de la entrada es de 2€.
Si algo destaca en la silueta del pueblo es, sin duda, las ruinas del Castillo de Anento, encaramado en lo alto del pueblo, sobre una colina de roca rojiza, color que proviene de la arcilla. Del castillo, de época medieval, solo se conservan una de las fachadas y dos torres junto al antiguo foso.
Tras pasar el falso puente levadizo podemos acceder por unas escaleras metálicas a la parte alta del castillo para tener las mejores vistas del pueblo y sus alrededores. Se puede acceder tanto a pie como en coche, ya que cuenta con una explanada donde aparcar, además hay una zona de merenderos ideal para descansar y hacer un picnic.
El Castillo de Anento ha visto pasar a lo largo de los siglos numerosas batallas, pero sin duda la más importante es la que se libró en la conocida como Guerra de los dos Pedros. Rondaba el año 1357, cuando las tropas del rey de Castilla Pedro I arrasaban las tierras de Aragón. En su avance hacia Valencia asediaron Daroca y llegaron hasta las puertas de Anento. Allí, Martin Polo, escudero del rey Pedro IV de Aragón, regresaba a su villa y decidió plantar cara al ejército castellano e impedir que Anento cayera en sus manos. Pero la decisión de defender la villa fue funesta y las tropas de Castilla prendieron fuego al pueblo quedando solo en pie y resistiendo el Castillo, gracias a la valentía del propio Martin Polo y los anentinos. En la actualidad, la localidad recuerda esta batalla celebrando a mediados del mes de julio, unas jornadas Medievales, con teatro, talleres, música y cetrería.
Aguallueve, el mejor secreto de Anento
Además del propio pueblo, Anento cuenta con una ubicación privilegiada, en un precioso enclave natural donde el agua es su principal protagonista. Una visita que no puede faltar es acercarnos al paraje conocido como Aguallueve, en la oficina de turismo podremos encontrar un mapa de cómo acceder, aunque ya os adelantamos que es muy sencillo. Se trata de una ruta circular que parte de la propia Oficina de turismo, perfectamente señalizada y de unos 2.5 km en total que discurren a través de un camino de tierra, rodeado de huertas, pinos, chopos y zarzamoras, y que atraviesa pequeños riachuelos. Se trata de una ruta sencilla, sin apenas desnivel pero no apta para personas con movilidad reducida o carritos de bebe.
En algo menos de 30 minutos, a paso tranquilo, llegaremos al impresionante paraje de Aguallueve, un manantial con paredes de piedra y musgo por las que el agua cae como pequeñas lágrimas, un verdadero espectáculo, que en invierno es, si cabe, más impresionante ya que estas chorreras suelen congelarse.
Su formación se debe al relieve kárstico de la zona, en el que la erosión ha formado también pequeñas grutas y cuevas a las que en épocas secas se puede acceder. El agua que discurre por las paredes se almacena en una balsa que es utilizada para regar los huertos.
Durante el recorrido circular que nos lleva a Aguallueve también encontraremos otro camino que nos lleva hasta el Torreón celtibero de San Cristóbal, que data del año 200 a.C. así como otra bifurcación por la cual podemos acceder al Castillo, el sendero es de gran belleza pero muy empinado.
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Un tesoro más de la España vaciada.
Gracias por descubrirnos lugares como Anento y el Aguallueve.
Un saludo viajero,
Aitor
Muchas gracias compañero!
Un saludo!!