Tras la aventura en Lanquin y visitar el Monumento Natural de Semuc Champey, continuamos nuestra ruta por el país hacia el Caribe. Guatemala no tiene la fama de playas de arena blanca de otros países vecinos como Honduras o Belice, pero lo suple con una enorme riqueza natural y cultural , buen ejemplo de ello son las localidades de Rio Dulce y Livingston, donde se concentra la población garífuna.
Rio Dulce y Livingston, cómo llegar desde Lanquin
De Lanquin a Rio Dulce salen a diario shuttles y vanets con diversos horarios (nosotros cogimos uno a las 8 de la mañana). La carretera es más bien un camino de curvas pedregoso que atraviesa paisajes de selva increíbles hasta llegar a la localidad de El Estor donde ya mejora considerablemente y discurre cerca del lago de Izabal, el más grande de Guatemala. A mitad de viaje tuvimos que parar sobre una hora por un desprendimiento de rocas que cortó la carretera, algo que es bastante habitual sobre todo en época de lluvias. En total invertimos unas 5 horas en recorrer los escasos 150 kilómetros que separan ambas ciudades.
Una vez en Rio Dulce, la única manera de acceder a Livingston es por barco. Desde el muelle parten a diario a las 9.30h y a las 14.30h barcas hacia Livingston que además sirven de excursión por el cañón del rio Dulce ya que van parando en los puntos más importantes del camino. Su precio es de 125Qtz ida o de 180Qtz ida y vuelta si se hace en el mismo día, el viaje suele durar en torno a las 2 horas. También existe la opción de contratar lanchas privadas y disfrutar del recorrido a nuestro gusto.
En lancha por el cañón del Rio Dulce
Atravesar el cañón del Rio Dulce es una de las mejores travesías en barco que se pueden hacer por Centroamérica. La zona está protegida desde 1955, en ella se encuentran diversos ecosistemas acuáticos y manglares donde habitan cientos de especies de aves e incluso manatíes, un mamífero marino en peligro de extinción.
La excursión comienza en el embarcadero del lago Izabal y finaliza en la garífuna Livinstong. Tomamos la lancha de las 14.30h y nos acercamos en primer lugar al Castillo de San Felipe, a unos 3 kilómetros de distancia. Esta imponente fortaleza fue construida en 1652 por el Rey Felipe II para evitar que los piratas atacaran al importante tráfico de mercancías que venían del interior del país. Fue reconstruido a mediados del Sg .XX, del original se mantiene únicamente la Torre de Bustamante.
Continuamos la ruta dejando a los márgenes vistosas casas de colores construidas sobre palafitos. A lo largo de todo el recorrido nos cruzamos con pescadores y niños en sus canoas que se acercaban hasta nosotros, vigilados por sus padres, para vendernos conchas o alguna artesanía local. Todo ello hace que el rio Dulce sea un rio lleno de vida.
Rodeamos la conocida Isla de los Pájaros, una especie de oasis de vegetación en mitad del rio en el que anidan miles de aves. La siguiente parada fue Aguas Calientes, para bañarnos en sus sulfurosas aguas. El Rio Dulce se asienta sobre una falla y en este punto se filtra el calor del interior de la corteza terrestre, haciendo que el agua alcance una temperatura de 40 grados y según dicen cuentan con efectos beneficiosos para la salud. Hay también un bar en el que refrescarse y a escasos metros se puede visitar una cueva con bonitas estalactitas y estalagmitas.
Reanudamos la marcha y tras escasos minutos el Cañón se nos muestra en todo su esplendor, el cauce se va estrechando cada vez mas y se abren ante nosotros enormes paredes de roca caliza de hasta 100 metros de altura, cubiertas por una exuberante vegetación tropical. Poco a poco el rio vuelve a abrirse camino hasta llegar a su desembocadura en el mar Caribe, junto a de Livingston donde finaliza el trayecto.
Livingston, la ciudad garífuna de Guatemala
Nada más bajarnos de la barca, en el muelle de Livingston, nos damos cuenta que aquella población no tiene nada que ver con lo que habíamos visto en nuestra ruta por Guatemala, sus casitas pintadas de colores, el ritmo tranquilo y caribeño de sus gentes son una delicia.
Los garífunas son una etnia minoritaria en Guatemala, tienen sus raíces en la isla caribeña de San Vicente donde llegaron los esclavos africanos náufragos, los huidos de los barcos esclavistas en el siglo XVII o los deportados por los ingleses, asentándose en localidades costeras de Honduras, Guatemala y Belice.Tras buscar en varios alojamientos acabamos reservando en el African Place Hotel, por 40Qtz la habitación doble con baño privado y ventilador pero hay muchas opciones y ofertas.
Las calles de Livingston son el Caribe puro, con sus puestos de comida callejera, bares, restaurantes y música. Nos acercamos hasta la zona de playa más cercana pero el tiempo no acompañaba para el baño, así que decidimos disfrutar de su gastronomía en sitios como la Pupuseria Lupita.
Pupusa es la pronunciación española de popotlax (del idioma Nanuatt, popott) que significa grande, relleno o tortilla. Se trata precisamente de eso, una tortilla muy grande de maíz o arroz rellena de uno o varios ingredientes como queso, chicharrones, ayote o frijoles. Toda una delicia típica de la cocina centroamericana criolla.
Al día siguiente teníamos la intención de hacer alguna excursion por los alrededores de Livingston. Existen varias opciones como Playa Blanca, a la que solo se puede acceder en barca, previo pago de 10Qtz ya que es privada, o los Siete Altares, que son una serie de cascadas y pozas de agua dulce donde bañarse (200Qzt la entrada). Pero nuevamente la intensa lluvia que cayó durante toda la mañana modifico nuestros planes, así que nos dimos un último paseo por la localidad. A pesar del mal tiempo, creemos que Livingston es una visita imprescindible, ideal para relajarse un par de días dejándonos llevar por la música reggae y la calma del Caribe.