La Villa Romana de Noheda es uno de los yacimientos arqueológicos más impresionantes del centro peninsular. Declarado Bien de Interés Cultural alberga el mosaico figurativo más grande no sólo de Hispania, sino de todo el Imperio Romano, superando a los encontrados en la mismísima Pompeya. Además de por sus espectaculares dimensiones, ocupa una superficie de 290 m2, este mosaico destaca por su estado de conservación y su enorme calidad artística, toda una joya que merece la pena visitar.
Como suele ocurrir, el mosaico y la villa en la que se encuentra fueron descubiertos por casualidad. En 1984, un agricultor de la familia Lledó, que se encontraba labrando la tierra, se topo con parte del mosaico y algunas piezas y esculturas de la época romana. Pero no fue hasta 2005 cuando comenzaron las excavaciones y tras varios años de trabajos e investigaciones se cree que tan solo se han hallado un 10% de lo que en su día fue esta impresionante villa romana que llego a ocupar unos 27 km2 de extensión.
Cómo llegar al yacimiento de Noheda desde Cuenca ó Madrid
Los restos de la Villa Romana de Noheda se encuentran en el término municipal de Villar de Domingo García, en concreto en la pequeña pedanía de Noheda, en la provincia de Cuenca. Desde la ciudad de Cuenca, basta con tomar la N-320 hasta la misma localidad, apenas 18 kilómetros de distancia. Desde Madrid, acceder a Noheda es también sencillo. Se toma la autovía A-3 sentido Valencia, hasta llegar a la localidad de Tarancon. Allí se continúa por la A-40 sentido Cuenca hasta tomar el desvío de la N-320 que nos llevara directos a Noheda en algo menos de dos horas de viaje.
La provincia de Cuenca cuenta con impresionantes restos arqueológicos de la época Romana, así podemos visitar la imponente ciudad de Segobriga, las Minas de Lapis Specularis, o cristal del Hispania, o los restos de otras urbes como Valeria o Ercavica.Cómo visitar la Villa Romana de Noheda
Las visitas a la Villa Romana de Noheda comenzaron en julio de 2019 con un precio de 3 euros. En la actualidad, desde el COVID 19, las visitas son guiadas y gratuitas en grupos de cómo máximo 15 personas. Es necesario realizar una reserva previa, con al menos 7 días de antelación, en el pase o turno seleccionado en este enlace. Una vez realizada la reserva, se enviará la entrada por mail y bastará con presentarla en el momento de la visita. Esta situación y horarios son hasta el el 30 de junio de 2023.
Las visitas tienen una duración de entre 45 minutos y una hora y se centran únicamente (por precaución) en la zona donde se ubica el mosaico, en el llamado triclinio o comedor de tres ábsides.
Para protegerlo se ha creado una estructura metálica dentro de la cual se han colocado unas pasarelas colgantes que permiten apreciar el mosaico desde todos los ángulos.
La Villa Romana de Noheda y su espectacular mosaico
La Villa Romana de Noheda es una de las más ricas y ostentosas de la época, aunque no se sabe a ciencia cierta quien fue su dueño, existen evidencias de que se trataba de un importante terrateniente o de una persona muy cercana al Emperador, que mando construir esta impresionante villa en el campo, junto a una calzada romana, para huir de las ciudades que se habían convertido en lugares inseguros y en clara decadencia.
Situada entre el arroyo Chillaron y el cerro de la cuesta de las Herrerías, se mantuvo activa entre los siglos I A.C y el IV D.C.
La Villa de Noheda funcionaba como una pequeña ciudad en sí misma, y estaba dividida en tres zonas o sectores:
- Sector A o Paris Urbana, que se podría definir como la zona residencial de la villa, con numerosas estancias entre las que destaca la sala triabsiada donde se ubica el espectacular mosaico, y que servía de lugar de reunión para llevar a cabo los negocios de la época y eventos sociales.
- Sector B o Balneum, donde se levantaba el complejo termal, que con sus 900m2 lo convierten en uno de los más grandes descubiertos en el Imperio.
- Sector C o Paris Rustica, ubicado al norte de la villa y la zona que se encuentra en peor estado de conservación.
El Mosaico de Noheda, qué ver
Cómo hemos comentado, el Mosaico de Noheda es único en el Imperio, tanto por sus impresionantes dimensiones de casi 300m2, como por su calidad artística y su excelente estado de conservación. El mosaico recubría la sala conocida como triclinium donde se llevaba a cabo las reuniones comerciales del dueño de la villa así como los actos sociales más relevantes.
En él se pueden apreciar seis paneles figurativos o escenas en los que se combinan temáticas mitológicas, literarias, teatrales y circenses, con paneles de decoración geométrica y vegetal.
El Mosaico es una técnica decorativa que se usaba ya en la antigua Mesopotamia y Egipto. En ella se usan pequeñas piezas o téselas, generalmente de forma cubica y del mismo tamaño, de cerámica o mármol y se componían obras de temática muy diversa. En la elaboración de un mosaico intervenían gran cantidad de especialistas, encargándose cada uno de una tarea de específica, que hacían del trabajo una verdadera obra de arte. El Mosaico de Noheda se elaboró siguiendo la técnica Opus Vermiculatum, una de las más complejas en la elaboración de mosaicos llevadas a cabo en el Imperio Romano.
La escena principal representa un complejo nupcial y junto a ella encontramos representaciones del mito de Paris y Helena, como la carrera de cuadrigas que determinaría quien contraería matrimonio con la princesa, otras de música y pantomimos y hasta una escena de Baco ricamente decorada o el mito de Hipodomia y Pélope.
Mito de Hipodomia y Pélope. El mito recrea el afán de Pélope por contraer matrimonio con la princesa Hipodomia. El padre de ella se oponía a cualquier pretendiente que pudiera tener la joven, había matado ya a treinta, ya que la profecía predijo que moriría a manos de su yerno. Tras la boda, la profecía se cumplió, y Pelope ayudado por Mirtilo, un criado del rey que lo traiciono, acabo con su vida. Pero el propio Mirtilo no corrió mejor suerte y también fue asesina, no sin antes maldecir a la descendencia de la pareja.
El excepcional estado de conservación del mosaico se debe, en parte, al incendio que sufrió la villa y al posterior derrumbe del techo que lo ha conservado durante siglos. En el centro del a sala se levantaba una imponente fuente cubierta también por mosaicos de escenas marinas que apenas pueden apreciarse en la actualidad. La sala se calentaba gracias un sistema de calefacción radiante o hipocausto cuyos restos podemos observar.
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