Blog para viajeros incansables
Cuenca (Castilla la Mancha) es una provincia que enamora y sorprende por sus atractivos naturales y riqueza cultural y arquitectónica. Nuestro último descubrimiento lo encontramos entre la Alcarria y la Serranía conquense en la conocida como Ruta del Mimbre, una agradable excursión en la que disfrutamos de la belleza de sus campos, que se tiñen de un intenso color rojo, como una alfombra en llamas, durante los meses de invierno, además de sus pueblos y gentes que aún siguen dedicadas al cultivo y manufactura de esta fibra vegetal.
¿Qué pueblos forman parte de la Ruta del Mimbre?
La Ruta del Mimbre, dibujada por los ríos Escabas y Trabaque que riegan sus campos y modelan su tierra, está formada por una serie de pueblos con una importante tradición del cultivo y elaboración del mimbre, aunque, tristemente, cada vez son menos las familias que se dedican a ello.
Estos son los pueblos que conforman la ruta
- Albalate de las Nogueras
- Villaconejos del Trabaque
- Priego
- Cañamares
- Fuertescusa
- Cañete
- Beteta
El recorrido, de unos 40 km, se realiza a través de enormes y rojizos campos de mimbre donde veremos como la orografía del terreno va cambiando, desde las partes más llanas a las primeras estribaciones de la impresionante Serranía conquense.
El paisaje se vuelve especialmente bonito entre los meses de noviembre y mayo, momento en el que la planta del mimbre adopta su tono rojo característico, dando lugar a este espectáculo de la naturaleza, comparable a la floración de los almendros o los cerezos. Para nosotros, la mejor época para visitar la Ruta del Mimbre es a partir de enero, cuando comienza la recolección, así podemos combinar la imagen de los campos rojizos con las carboneras y montones de mimbre secándose.
Cómo llegar a la Ruta del Mimbre
Llegar desde Cuenca capital a los pueblos que forman la ruta del Mimbre cuesta algo más de media hora. Dependiendo de por dónde queramos empezar utilizaremos las carreteras N-320 o la CM-210, tomando posteriormente otras vías secundarias para acércanos a los pueblos y puntos más importantes.
Villaconejos del Trabaque, la entrada a la Ruta del Mimbre
Nuestra ruta comenzó en la localidad de Villaconejos del Trabaque, en él destacan la Iglesia de San Juan Bautista, de estilo baroco, y la ermita de la Inmaculada Concepción.
Muy cerca de esta última podemos visitar el taller de mimbre de José Luis, un vecino del pueblo que lleva décadas dedicándose a ello. Si la tienda estuviera cerrada, basta con llamar al teléfono que esta anotado en la puerta, y él o su mujer se acercaran para hablarnos sobre el proceso de plantación, recogida y secado del mimbre así como del trabajo artesano que llevan a cabo en el taller y sus obras. También encontramos en Villaconejos el Museo del Mimbre, que nos habían recomendado pero que se encontraba cerrado durante nuestra visita.
Priego, qué ver en uno de los pueblos más bonitos de Cuenca
La localidad más atractiva de las que forman la Ruta del Mimbre es, sin duda, Priego, una villa medieval con edificios de importante interés histórico y situado en un entorno natural único, en la que la artesanía tanto de la cerámica como del mimbre es la protagonista.
Su Plaza Mayor, centro neurálgico de la población, está rodeada por bellas casonas blasonadas, destacando el palacio de los Condes de Priego del Sg. XVI hoy sede del Ayuntamiento. En la plaza encontramos también varias terrazas y bares donde tomar algo mientras se disfruta de la serena belleza del pueblo.
Cerca de la Plaza Mayor podemos visitar la Iglesia de San Nicolás de Bari, de enormes dimensiones y estilo gótico que domina el perfil de pueblo y que fue construida en 1540. Del exterior podemos destacar el campanario y ya dentro encontramos la imagen de la Virgen de la Torre y los restos de los Condes de Priego.
El Torreón de Despeñaperros, con sus 12 metros de alto, es el único vestigio que aún queda en pie de la antigua muralla árabe que rodeaba la ciudad. Debajo de ella encontramos la llamada Cueva de la Mora.
Como hemos comentado, en Priego la tradición artesana está muy arraigada y, aunque tristemente cada vez menos, todavía podemos visitar varias tiendas y talleres donde se elaboran piezas de barro cocido, botijos, ollas, fuentes y objetos de decoración y de mimbre.
Los alrededores de Priego son tanto o más atractivos como en propio pueblo. Encaramado en lo alto, a unos 4 kilómetros y con unas vistas imponentes a la serranía y la hoz, encontramos en Convento de San Miguel de las Victorias del siglo XVII. Un buen lugar para disfrutar del vuelo de los buitres que viven en los farallones calizos que lo rodean.
Las Ruinas del Convento del Rosal, a tres kilómetros del pueblo, merecen también una visita. En la actualidad solo se conservan las bóvedas que formaban parte de la iglesia y el claustro de estilo gótico.
Otro punto a destacar en esta zona es el conocido como Estrecho de Priego, que se encuentra en la carretera, de unos 8 km, que va de Priego a Cañamares. A lo largo de miles de años, la fuerza del rio Escabas ha ido erosionado el terreno y formando un paisaje encajonado, un profundo barranco flaqueando por enormes piedras calizas. Existen algunas zonas donde es posible dejar el coche y acercarse a los márgenes del rio, cuyo sonido es ensordecedor, y caminar por sus márgenes disfrutando del paisaje, uno de los de mayor valor de la provincia de Cuenca.
Cañamares, donde nace el mimbre
En la provincia de Cuenca se fabrica el 90% del mimbre de toda España, y es en la pequeña localidad de Cañamares donde encontramos el 80% de los campos de cultivo. En sus alrededores, siguiendo los márgenes del rio Escabas, encontraremos el mayor número de campos de mimbre y los más espectaculares. Tuvimos la suerte de poder ver la combinación perfecta entre los campos teñidos de rojo, con otras zonas de secado y apilado del mimbre en forma de carboneras.
La pequeña y tranquila localidad de Cañamares cuenta entre sus encantos con la Playa interior de Cañamares, ideal para sofocar los calores estivales. El rio Escabas da lugar a esta “playa”, perfecta para visitar en familia ya que tiene césped artificial y escaleras que permiten el acceso al agua. La calidad y cantidad del agua dependerá de las lluvias anteriores pero os podemos asegurar que siempre es una buena escapada.
